BRUJULA CIUDADANA Elecciones locales 2017 | Page 13

1. B alance general de las elecciones 11 podía gastar 285.5 millones para 18 millones de electores; el año que entra, un candidato presidencial podrá gastar 420 millones de pesos para atender a 87 millones de electo- res en toda la República. Con un tope tan alto, era factible que circulara mucho dinero, fortaleciendo la percepción de derroche que tanto molesta a la ciudadanía. Además, cir- cularon más de 200 millones de pesos que los candidatos no reportaron al INE, pero que sí fueron detectados y sancionados. Con todo, para cualquier observador, el exceso de gasto, independientemente de prueba alguna, parecía evidenciar que se habían rebasado los topes, como ocurrió en Coahuila, donde el tope era de apenas 19.2 millones de pesos. Fortalecer la capacidad de fiscalización del INE Ahora bien, las conclusiones de la fiscali- zación apuntan a tendencias muy preocu- pantes. La competencia en las elecciones se ha incrementado y los resultados muestran diferencias de mucho menos de cinco puntos porcentuales. Eso lo saben los partidos y can- didatos, y es por ello que deciden gastar más de lo permitido y deliberadamente ocultar ingresos y gastos a la autoridad electoral. En consecuencia, la rendición de cuentas partidaria se complica y muy fácilmente se rompe la equidad en la competencia. En un escenario así, las candidaturas indepen- dientes y los partidos con menor presencia encuentran más dificultades para competir. La posibilidad de que el Tribunal Electoral confirme los hallazgos del INE en Coahuila y así anule la elección, sentará un precedente importante para el año que entra. Con todo, ello requiere de fortalecer la confianza en la capacidad de fiscalización del INE. Lamen- tablemente, la percepción ciudadana parece caminar en sentido contrario. La otra forma del uso de los recursos durante una campaña es más complicada de probar y castigara. Me refiero al uso de recursos para comprar votos o intimidar a la ciudadanía. Este tipo de acusaciones también han prolife- rado y la percepción es que no se hace nada al respecto. Ese es el terreno de competencia de la FEPADE. Se trata de delitos electorales que se resuelven por la vía penal y consti- tuyen procedimientos muy diferentes a los que realiza el INE en la fiscalización. Además de la dificultad para investigar este tipo de casos, el efecto de las eventuales sanciones no son electorales, sino pen ales para quién los comete. El procedimiento que sí complementa la fis- calización y está en la competencia del INE es el desahogo de las quejas que presentan los partidos contra sus rivales, relativos al mal uso de recursos. Durante las elecciones