BRUJULA CIUDADANA El PND 2019-2024 y el federalismo | Page 9
1) A proximaciones
críticas al
P lan N acional
de
D esarrollo 2019-2024
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tivos, estrategias y metas de los programas
derivados del PND bajo el supuesto de que
su cumplimiento hará posible la realización
del horizonte de cambio previsto en el PND.
Ahora las razones democrático-republicanas.
El PND y sus programas derivados no son
solamente un instrumento de planeación, son
también el principal instrumento de rendición
de cuentas y control democrático del Poder
Ejecutivo hacia el Legislativo y, en general,
hacia la ciudadanía. Un PND con semejantes
brechas de coherencia interna hace imposi-
ble cualquier tarea razonable y robusta de
rendición de cuentas: desde las auditorías
de desempeño del órgano de fiscalización
superior, hasta las revisiones de las distintas
comisiones del poder legislativo.
Por otro lado, están los problemas de con-
sistencia, es decir, la ausencia de medios cau-
salmente idóneos para alcanzar los objetivos
y metas previstos en el PND. Aquí también
las brechas son oceánicas. Resulta imposible
lograr tasas de crecimiento del orden del 6%
para el año 2024 si no existe un incremento
consustancial de la inversión pública y esto
resulta igualmente imposible sin una refor-
ma fiscal de gran calado, la cual brilla por
su ausencia en el PND. Será también muy
poco probable que se logre una reducción
significativa de la pobreza si el objetivo de
reducción de la tasa de informalidad laboral
para el año 2024 es de apenas 2%.
Ciertamente, estos problemas en el Sistema
Nacional de Planeación Democrática no son
exclusivos de la 4T y se han reproducido
estructuralmente por varios lustros debido
a la anacrónica normatividad y procedimien-
tos que lo sustentan, que datan de 1983. En
2016, CONEVAL coordinó la evaluación
de diez programas derivados del PND y
sus conclusiones fueron contundentes: se-
rios problemas de consistencia y coherencia
en todos ellos fue el común denominador.
Sin embargo, una administración que se ha
atrevido a definirse por anticipado como la
que encarna la cuarta transformación de la
historia nacional, no puede darse ese lujo.
Ahora, en el ejercicio de sus atribuciones, el Poder Legislativo tiene
la responsabilidad de analizar el documento a detalle, realizar y
proponer las observaciones y correcciones que considere perti-
nentes al Ejecutivo. Finalmente, el PND debe ser aprobado por el
Congreso. ¿Estará a la altura de las circunstancias?