BRUJULA CIUDADANA El PND 2019-2024 y el federalismo | Page 52
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Desde su origen en la etapa del México posrevolucionario, el modelo “fe-
deralista” de distribución fiscal ha sido inadecuado. Los poderes federales
han concentrado las potestades, los recursos y las capacidades, sometiendo
política y económicamente a estados y municipios. Como señalamos al
principio, los municipios han jugado un rol importante en diversas etapas
históricas de México, pero en la actualidad no ha logrado constituirse en un
factor determinante para un cambio democrático en favor de la democracia,
el bienestar social y el desarrollo local.
Por su debilidad institucional y financiera, los municipios
tienden a demandar constante apoyo al gobierno federal,
reproduciéndose un ciclo de dependencia y bajo esfuerzo
propio, resultado de prácticas “clientelares” ajenas al interés
mayoritario de la sociedad.
Los gobiernos locales se vuelcan en obtener mayores ingresos individuales
por transferencia de los “niveles superiores”, o dicho de otra forma en
“Bajar Recursos”; este concepto lleva implícito un modelo centralista y de
subordinación municipal, pues al señalar que los recursos federales están
“arriba”, se admite entonces que el municipio está abajo y que su tarea es
subordinarse a lo que decide el de arriba.
En la etapa de cambios que vive actualmente nuestro país, es necesario que
sociedad y gobiernos municipales demandemos un nuevo modelo de distri-
bución fiscal, que aporte mayores recursos a los municipios, como resultado
del involucramiento de los diversos agentes locales y no sólo del Estado.
Los propios gobiernos municipales, articulados en Asociaciones Nacionales
de Municipios, como es la Conferencia Nacional de Municipios de México,
han coincidido en señalar lo siguiente: