BRUJULA CIUDADANA El Ejecutivo y su curva de aprendizaje | Page 22
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La política social busca (o debería buscar)
el bienestar de la sociedad mediante estra-
tegias de redistribución de la riqueza y el
ingreso que, en buena parte, se concreta en
la aplicación de impuestos progresivos y el
desarrollo de programas sociales que ofrecen
transferencias monetarias y en especie, sub-
sidios y servicios, ya sea en forma universal o
focalizada. Cada programa se apoya en una
teoría explicativa que le permite formular
una hipótesis: al realizar ciertas acciones con
los recursos disponibles podrá alcanzar los
objetivos que se propone.
El bienestar perseguido puede conceptuali-
zarse y medirse por lo menos en dos formas:
a) mediante un conjunto de indicadores ob-
jetivos de las condiciones de vida de la po-
blación en aspectos como empleo, salarios,
educación, salud, seguridad social, vivienda,
etc.), y b) a través de las percepciones sub-
jetivas que la población tiene del mismo.
Ambas mediciones son importantes, pero
no siempre consistentes: en las mediciones
internacionales México suele obtener malas
calificaciones en la primera y buenas en la
segunda (Forbes, 2018).
La política social asistencialista se limita a ofre-
cer apoyos que permitan cubrir los mínimos
necesarios de subsistencia del ser humano,
en cambio la política de desarrollo social
debería realizar inversiones que propicien
procesos basados en la educación y el trabajo
para obtener ingresos dignos que permitan
mejorar en forma creciente el bienestar ob-
jetivo y subjetivo de las familias (no sólo la
superación de la pobreza, como se ha venido
planteando en las últimas décadas).
El desempeño de los programas
sociales en la Presidencia de Peña
Nieto
Las políticas y programas sociales requieren
de continuos ajustes que rescaten las accio-
nes efectivas y modifiquen los desempeños
no satisfactorios. Sin embargo, cuando los úl-
timos se imponen sobre los aciertos es nece-
sario pensar en una reorientación profunda.
De ahí la importancia de revisar brevemente
su comportamiento en el sexenio pasado.
La entonces Secretaría de Desarrollo Social
(Sedesol) impulsó una estrategia central, la
Cruzada contra el Hambre, que ya en su
segundo año de vida perdió fuerza y nos legó
uno de los programas principales del sexenio,
Comedores Comunitarios. Junto con este,
se impulsaron especialmente Prospera Pro-
grama de Inclusión Social, Seguro de Vida
para Jefas de Familia y Pensión para Adultos
Mayores, con alrededor de 6-7 millones de
beneficiarios cada uno y presupuestos en
2018 cercanos a los $40,000 y $45,000 millo-