BRUJULA CIUDADANA Ciudadanía activa y enérgica | Page 19

1) L a difícil ruta hacia el empoderamiento ciudadano 17 Antecedentes sobre el uso del término “sociedad civil” La utilización de la categoría de sociedad civil ha sido recurrente en las últimas décadas; ha sido vista por algunos con sobrado entusias- mo y, por otros, con desconfianza, atribuyén- dole una matriz solo liberal, olvidando que su derrotero histórico va mucho más allá del liberalismo; ha pasado por las distintas etapas del pensamiento político, desde Tomás de Aquino hasta nuestros días (García Pelayo, 1981, Ullman, 1983). El sentido que se le atri- buye a sociedad civil depende de la situación histórica en la que se ubica. No es lo mismo hablar de sociedad civil en los procesos de Europa oriental de fines de siglo XX, que en los de América Latina a mediados de ese siglo. En el último tercio del siglo XX sociedad civil ha servido en América Latina para dar cuenta de la multiplicidad de actores, más allá de las organizaciones clasistas y de los parti- dos políticos, que lucharon en contra de los gobiernos autoritarios y que contribuyeron al retorno de la democracia. “…muchas organizaciones ya existentes de la sociedad civil resucitan como tales y dejan, por lo tanto, de ser cascarones conquistados por el aparato estatal. Por eso mismo, pasan a ser campos de lucha en los que se dirime quien, y en apoyo de que, hablará desde ellas, dirigiéndose al público más amplio y no ya sólo a los vericuetos de la burocracia estatal […] emergen nuevas formas asociativas que son testimonio del dinamismo social que… el burocratismo autoritario no pudo suprimir. Comités de barrio, organizaciones de au- toayuda, movimientos sindicales o barriales de base, instituciones populares de la Iglesia Católica u otras confesiones, son parte de una larga lista con la que –sobre todo- el sector popular destila el aprendizaje que dejó el duro período anterior.” (O’Donell, 1985: 184). Sociedad Civil en América Latina, en el pe- ríodo de lucha contra las dictaduras, no fue una moda académica, surgió entre la intelec- tualidad que acompañó a las diversas formas de resistencia, pronto fue incorporada como referente identitario por los movimientos sociales, particularmente aquellos que, ante la crueldad de la represión militar, levantaron la bandera de los derechos humanos. El llamado al fortalecimiento de la sociedad civil surge a mediados de los años setenta a raíz de los golpes militares en el Cono Sur. Se recurre entonces al término con intención polémica para explicitar la antinomia básica: la sociedad civil se contrapone al Estado autoritario. La invocación de la sociedad civil tiene una clara connotación antiautoritaria (Lechner, 1994: 132).