ALBAH SON SOID
Y el sapo se fue. Volvió a la huerta y descansó entre cuatro palitos que
señalaban los límites del perejil. Esa tarde el sapo dijo:
-Esta noche voy a soñar que soy caballo.
Y al día siguiente contó su sueño. Más de trescientos sapos lo escucharon. Algunos vinieron desde muy lejos para oirlo.
-Fui caballo anoche-dijo-. Un hermosos caballo. Tenía riendas. Iba llevando un hombre que huía. Iba por un camino largo. Crucé un puente,
un pantano; toda la pampa bajo el látigo. Oía latir el corazón del hombre
que me castigaba. Bebí en un arroyo. Vi mis ojos de caballo en el agua.
Me ataron a un poste. Después vi una estrella grande en el cielo; después el sol; después un pájaro se posó sobre mi lomo. No me gustó ser
caballo.
Otra noche soñó que era viento. Y al día siguiente dijo:
-No me gustó ser viento.
Soñó que era luciérnaga y dijo a la mañana siguiente:
-No me gustó ser luciérnaga.
Después soñó que era nube.
Una mañana los sapos lo vieron muy feliz a la orilla del agua.
-¿Por qué estás tan contento?- le preguntaron.
Y el sapo respondió:
- Anoche tuve un sueño maravilloso. Soñé que era sapo.
Javier Villafañe
en Antología, Ed. Sudamericana, 1990
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