Brillaré en 2º Brillaré en 2º definitivo | Page 149

Sin embargo, cuando Dios llamó a Abram le había hecho una preciosa promesa: “Tu descendencia será tan numerosa como las estrellas del cielo, como la arena innumerable que está a la orilla del mar.” Y Abram creyó a Dios. Cada vez que recordaban esa promesa, Abram y Sarai sonreían imaginando muchos hijos e hijas corriendo, jugando, adorando a Dios. Pero los años pasaban...muchos años. Abram y Sarai ya eran muy viejitos, y todos saben que a los viejitos no les nacen bebés; no hay ancianas embarazadas. ¿Se habría olvidado Dios de su promesa? Algunas veces Sarai lloraba por las noches pensando que moriría sin tener hijos. Abram la consolabay luego juntos decían: Sabemos que Dios es fiel y poderoso para cumplir todo lo que ha prometido. ¿Acaso hay alguna cosa difícil para Dios? Cuando Abram ya tenía noventa y nueve años, Dios le confirmó una vez más su promesa y además le cambió el nombre a ambos. Comenzaron a llamarse Abraham, que es “Padre de muchedumbre de gentes” y Sara, que quiere decir “princesa”. Y finalmente el día llegó: ¡nació el hijo tan esperado! Abram ya tenía cien años y Sara noventa. 147 147