Si algo puede definir a las nuevas generaciones es la hiperconectividad, es decir, una constante conexión a internet que trae consigo cambios en los procesos de socialización, desarrollo cognitivo y de la moral. Quienes cubren esta brecha generacional en su mayoría son adolescentes, que viven su proceso de desarrollo físico, emocional, social y sexual atravesado por internet (Dolores, 2015).
En México los internautas se conectan en promedio 7 horas y 14 minutos al día, el 79% lo hace para acceder a sus redes sociales, el 74% dice que ha cambiado hábitos como actividades de ocio, hacer compras y tramites y del grupo de los adolescente el 85.5% son usuarios que utilizan el servicio con regularidad (INEGI, 2017; AMIPCI, 2017).
Las disciplinas afines, entre ellas la psicología, tienen la tarea de comprender cómo funcionan y son utilizados esos entornos por jóvenes, ya que son los principales usuarios, pues es claro que ya no somos los y las mismas desde la aparición de las redes sociales existentes en internet. (Dolores, 2015).
Entre lo público y lo privado: sexualidad en adolescentes
en la era digital
En México los internautas se conectan en promedio 7 horas y 14 minutos al día, el 79% lo hace para acceder a sus redes sociales
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Jessica Gómez Rodríguez
La adolescencia es una etapa del desarrollo que inicia aproximadamente a los 11 o 12 años y termina a los 18 o 20; es un periodo de transición entre la niñez y la vida adulta que se caracteriza por una serie de modificaciones biopsicosociales que se ven reflejadas en su cuerpo, en la necesidad de pertenecer, buscar pareja, la manifestación de su vida sexual erótica; un ir y venir entre su espacio público y privado para formar su identidad. (Dolores, 2015).
En el individualismo moderno lo público es aquello que pueden ver y oír todos, es un espacio común y compartido con los y las otras, que funciona como principal punto de referencia de un ser social. Aquello que no se quiere sea escuchado y visto, pertenece a lo privado, acepción que está relacionada con la intimidad y que se retroalimenta de la experiencia de lo social (Margolis, 1997).
Las esferas de la sexualidad se extienden hacia lo público y lo privado pero ¿dónde están los límites? En una sociedad cambiante en temas de moral, lo que en algún momento fue del sector privado, ahora lo es del dominio público.