Boletín SUAyED MAYO | Page 23

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Sin embargo, si analizamos ese estrés en las condiciones actuales de vida, será posible identificar que no hay ninguna deficiencia ni patología en esa persona, y que si bien las ténicas de relajación son de utilidad, lo que menos se requiere es una etiqueta diagnostica que vaya acompañada de una prescripción médica.

Siendo así, nuestro quehacer psicológico podría enfocarse a visibilizar las condiciones precarias y explotadoras del entorno actual que favorecen la presencia de estrés, para dejar de entenderlo desde una óptica individualista de deficiencia y patología, y verlo como una expresión de los principios imperantes de nuestra época, por ejemplo, ideas capitalistas de estar en constante competitividad con otras personas, en donde nos conceptualizan como reemplazables y no indispensables, y un largo etcétera de situaciones que propician la presencia de estrés en tres cuartas partes de la población mexicana.

Ahora, acerca de las explicaciones simplistas y normalizadoras de conductas que no deberían verse como normales, citaré lo que se ha denominado como “celos

románticos”, los cuales se conceptualizan como una sospecha real o imaginaria de una

amenza a la relación de pareja, pérdida de ésta y/o de la autoestima propia. Desde la psicología se ha hablado de que los celos responden a variables de personalidad, que ayudan a proteger y mantener una relación de pareja, que existen celos “normales” y patológicos, y lo más alarmante, que pueden ser vistos como una expresión de amor y cuidado.

Estas conceptualizaciones invizibilizan que los “celos románticos” son conductas violentas avaladas por ideas patriarcales con respecto a que la pareja es de nuestra propiedad y que por eso, si le veo hablando con alguien más lo siento como una amenaza a la relación y a mi autoestima, porque MI pareja sólo puede hablar y divertirse conmigo, de tal forma que esta postura con respecto a los celos, normaliza y propicia la violencia en la pareja, la cual siempre va en escalada, y los celos “normales” de hoy pueden convertirse en golpes el día de mañana, siendo así que estas teorías psicológicas incurren en una falta ética, y de cierta manera, están siendo cómplices del gran problema de feminicidios en México.

Tomando en cuenta lo anterior, considero que la sociedad mexicana contemporánea exige a la psicología que quienes la ejercemos podamos aterrizar las teorías en este entorno en particular, para entender cómo impacta en la vida y el bienestar de las personas el habitar en un mundo globalizado, con un sistema social, económico y político de capitalismo neoliberal, conjuntado con un regimen heteronormativo patriarcal.

Por lo tanto, es menester el análisis, la crítica y la reflexión constante con respecto a los saberes psicológicos, así como la incursión en otras áreas de conocimiento como el derecho, la política, la medicina, etc., para construir un entendimiento integral de las condiciones del ser humano.

Por último, quisiera comentar que mi apuesta va a favor de una psicología que visibilice las injusticias y que en vez de ser usada como un mecanismo para mantender el orden y jerararquía sea usada como una herramienta que cuestione, contruyendo espacios de crítica, porque así como lo personal, lo profesional también es político.

Estas conceptualizaciones invizibilizan que los “celos románticos” son conductas violentas avaladas por ideas patriarcales con respecto a que la pareja es de nuestra propiedad y que por eso, si le veo hablando con alguien más lo siento como una amenaza a la relación y a mi autoestima, porque MI pareja sólo puede hablar y divertirse conmigo,

de tal forma que esta postura con respecto a los celos, normaliza y propicia la violencia en la pareja, la cual siempre va en escalada, y los celos “normales” de hoy pueden convertirse en golpes el día de mañana, siendo así que estas teorías psicológicas incurren en una falta ética, y de cierta manera, están siendo cómplices del gran problema de feminicidios en México.

Tomando en cuenta lo anterior, considero que la sociedad mexicana contemporánea exige a la psicología que quienes la ejercemos podamos aterrizar las teorías en este entorno en particular, para entender cómo impacta en la vida y el bienestar de las personas el habitar en un mundo globalizado, con un sistema social, económico y político de capitalismo neoliberal, conjuntado con un regimen heteronormativo patriarcal.

Por lo tanto, es menester el análisis, la crítica y la reflexión constante con respecto a los saberes psicológicos, así como la incursión en otras áreas de conocimiento como el derecho, la política, la medicina, etc., para construir un entendimiento integral de las condiciones del ser humano.

Por último, quisiera comentar que mi apuesta va a favor de una psicología que visibilice las injusticias y que en vez de ser usada como un mecanismo para mantender el orden y jerararquía sea usada como una herramienta que cuestione, contruyendo espacios de crítica, porque así como lo personal, lo profesional también es político.

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