Suayetianos, what’s your profession?
Beatríz Huerta Cerda
Organizamos sesiones de estudio vía WhatsApp donde nos ayudábamos a solucionar dudas escolares y tecnológicas. Ese grupo se convirtió en mis “300”
27
Siempre tuve problemas para socializar en la escuela; razón que me llevó a dejar de estudiar a los 16 años, cansada de soportar bullying mi autoestima y seguridad estaban fracturadas. Trece años después, con dos hijas, un matrimonio, desempleada y sin oportunidad de encontrar trabajo por falta de estudios, la idea de regresar a la universidad asaltó mi mente, pero fue apagada por los recuerdos que tenia de la vida académico-social; hasta que, esperando en la fila de la taquilla del metro, escuché a dos hombres decir que ya había salido la convocatoria para estudiar en la UNAM ¡EN LINEA!, está de más decir que hice los trámites pertinentes y una mañana mientras trabajaba recibí la llamada de mi esposo diciéndome “te quedaste, pasaste el examen, ya eres UNAM”.
El primer semestre no me fue nada bien, me sentía como Leónidas, luchando contra Jerjes, pero sin sus 300 guerreros; por más que leía, escribía y subrayaba no lograba hilar ni una idea, al igual que los espartanos me la pasaba “cenando en el infierno” de lecturas y cuestionarios que no entendía.
Pero de repente, como si “Daddy Freud” hubiera escuchado mis plegarias, encontré en las redes sociales varios compañeros en la misma situación, algunos que decidían desertar y otros que no sabían ni cómo entrar a la plataforma, fue ahí donde decidí ayudarme ayudándolos a ellos, así que en conjunto organizamos sesiones de estudio vía WhatsApp donde nos ayudábamos a solucionar dudas escolares y tecnológicas. Ese grupo se convirtió en mis “300”, fue entonces cuando todos los recuerdos de una vida académica tortuosa terminaron y me vestí de espartana al tiempo que recordaba las siguientes líneas de esa película: “la verdadera fuerza del espartano es el guerrero que está a su lado así que dale respeto y honor a él. Eso te será devuelto a ti; primero peleas con la cabeza, luego peleas con el corazón”. Así nació el mote de “suayetianos”; porque todos somos guerreros, juntos hacia un mismo objetivo demostrando que no hay edad, condición social o física que nos impida seguir adelante; bajo nuestro brazo llevamos nuestra laptop como escudo, la institución como yelmo y la perseverancia como espada exterminadora de inseguridades y tribulaciones. SUAyED es como Esparta, donde “No hay lugar para la debilidad. Sólo los duros y fuertes pueden llamarse a sí mismos suayetianos”.
Viviendo el SUAyED
19
24