Boletín SUAyED ABRIL | Page 16

La impotancia de las emociones

en tu salud

José Abel Núñez Moreno

¿Reaccionarías igual si estás enojado a si estás excitado y feliz?

Por ejemplo, si te das cuenta que has perdido tu mochila donde venían tu computadora, tu teléfono y tu cartera con todos tus ahorros. ¿Qué diferencia habría a: 1) si estabas de mal humor o 2) te acababan de decir sí a la mejor propuesta de tus sueños? Son las emociones las que nos predisponen a la acción. Ponte a pensar cómo cada una de ellas nos “señala” el camino que tomaremos.

Ahora bien, ¿y si las emociones no sólo nos predisponen a actuar sino también afectaran nuestra salud? Tendrías más cuidado de lo que experimentas ¿cierto?

En primer lugar, las emociones negativas como ansiedad, depresión e ira, pueden afectar tu conducta a tal grado que no desees hacer más algo saludable que venías haciendo, como alimentarte sanamente, hacer ejercicio y meditar.

En segundo lugar, sabemos en la actualidad, por datos que lo confirman, y de acuerdo a Fernández-Abascal y Palmero (1999) que las emociones positivas mejoran la salud del individuo, asimismo las emociones negativas la perjudican. Por ejemplo, cuando pasamos por grandes periodos de estrés en los que tenemos que responder a una alta demanda de nuestro entorno, vamos creando muchas reacciones emocionales negativas y, cuando nos encontramos bajo estos estados emocionales negativos, es más probable desarrollar ciertas enfermedades relacionadas con el Sistema Inmune (como la gripe, u otras infecciones ocasionadas por virus oportunistas), o adquirir determinados hábitos poco saludables, que a la larga pueden afectar la salud. En cambio, el buen humor, la risa, la felicidad, ayudan a mantener e incluso recuperar la salud.

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