Boletín SUAyED ABRIL | Page 17

la perjudican. Por ejemplo, cuando pasamos por grandes periodos de estrés en los que tenemos que responder a una alta demanda de nuestro entorno, vamos creando muchas reacciones emocionales negativas y, cuando nos encontramos bajo estos estados nos encontramos bajo estos estados emocionales negativos, es más probable desarrollar ciertas enfermedades relacionadas con el Sistema Inmune (como la gripe, u otras infecciones ocasionadas por virus oportunistas), o adquirir determinados hábitos poco saludables, que a la larga pueden afectar la salud. En cambio, el buen humor, la risa, la felicidad, ayudan a mantener e incluso recuperar la salud.

Así que la próxima vez que estés pasando por un mal momento, para que evites que la emoción negativa se intensifique y esto pueda afectar tu salud, recomiendo realizar lo siguiente. Primero intenta respirar hondo y lento; la respiración es un relajante natural. Después hazte preguntas que reencuadren la forma de ver el evento por el que estás pasando. Algunas ideas de preguntas que te puedes hacer son: ¿Cómo puedo aprovechar para bien esto que me está pasando? ¿Qué estoy aprendiendo? ¿Cómo lo puedo ver de una forma más positiva?

Somos seres que todo el tiempo estamos en un estado emocional. En gran parte es una decisión personal el sentirnos como nos sentimos; así que de ahora en adelante comienza a ser más consciente de tus emociones y de las que deseas tener. También puedes leer artículos y libros sobre Inteligencia Emocional, y sobre todo, practica y sé paciente, pues como cualquier buen hábito, se requiere tiempo y repetición.

Referencia:

Fernández-Abascal, E.G. y Palmero, F.(1999). Emociones y salud. Barcelona: Ariel

16