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Cultura El Pensador 2 Lunes 05 de agosto 2019 Crítica Teatral Mañana me toca a mi Por Rocío Araus Soto El sol sobre el prado refulge estival, el ciervo en el bosque es feliz y salen en busca del temporal, mañana me toca a mí. se menciona a personajes como Donald Trump y Jair Bolsonaro, hablan del financiamiento de campañas políticas, entre muchas otras cosas. Si bien la obra teatral está ambientada en el Chicago de los gánsteres, da cuenta de que esa realidad no es cosa del pasado y que hay muchos rostros políticos que están siguiendo los pasos de Ui. L a resistible ascensión de Arturo Ui dirigida por Alberto Olguín, está basada en el texto dramático que escribió en 1941 el dramaturgo alemán Bertolt Brecht, en donde expone el ascenso de Hitler en la Alemania Nazi a través de la sátira. En esta ocasión, Olguín le da un aire más contemporáneo y rompe con el realismo a través del uso de muñecos como protagonistas. “Tomorrow belongs to me” o “Mañana me toca a mí” es una canción que refleja el auge del nazismo en una secuencia de Cabaret (1972), que termina con un grupo de alemanes cantando a todo pulmón, mientras dos ingleses se miran de manera incómoda. Cuando Arturo Ui inicia su campaña política, el elenco canta esta canción y aunque la situación parece muy entretenida, como espectador sabes que algo está mal. Esa es la sensación con toda la representación dramática, no porque esté mal hecha, sino porque eso es lo que quería el autor. Que el receptor en su incomodidad critique la sociedad. El diseño de la escenografía es muy atractivo, cada uno de los elementos es funcional durante toda la obra y junto a la iluminación logran transportar al público a través de la historia. La estética dentro del relato tiene un papel fundamental, sobretodo porque los personajes son juguetes y deben verse de esa forma para romper con la realidad, el vestuario cumple con esa necesidad. La narración tiene un ritmo constante a lo largo de toda la obra, principalmente gracias a lo asertivo de sus diálogos y a la labor realizada por los actores que mantienen las escenas en movimiento. Dentro del elenco, destaca el trabajo de Josué Alquinta (Arturo Ui), quien logra plasmar en el escenario a este mafioso infantil de manera impecable. Similar a la caricatura que se hizo del Rey Juan I de Inglaterra en la versión animada de Robin Hood (Disney, 1973) y Tommy Shelby de la serie Peaky Blinders. Sin embargo, hay alguien que se roba el reflector y esa es Paula López, quien da vida a una de las empresarias de juguetes y es la encargada de dar la cuota de humor a la pieza teatral con sus acotaciones de extrema derecha. Una de las cosas más atractivas de la obra es el juego que existe con el contexto político y social. Se hacen referencias a casos de corrupción como el Caso Caval, 12