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El Contador Público entre la corrupción y la ética
El Contador Público como cualquier otro ser
humano esta expuesto a las tentaciones de la
corrupción. La ola de casos de corrupción que
hemos visto y escuchado a través de los medios
comunicación, a nivel nacional e internacional, nos
obliga necesariamente a tomar acciones que nos
permitan reforzar nuestros valores como; la verdad,
la honradez la discreción, la confidencialidad, la
prudencia, la lealtad, la justicia, etc., los cuales
tienen como su fuente principal de formación la
familia, su desarrollo debe ser necesariamente en la
convivencia diaria de la familia ya que difícilmente
podrán ser desarrollados en otra estructura
social, las escuelas son fuentes de información, y
participan cada vez más en la formación de dichos
valores pero no son su responsabilidad absoluta.
Cuando el Contador Público actúa en forma
independiente o cuando actúa como contador
dependiente al servicio de entidades de la iniciativa
privada o al servicio de los sectores gubernamental
y financiero, o cuando transmite sus conocimientos
en la docencia enfrenta constantemente, como
cualquier ser humano, la posibilidad de equivocarse
a pesar del cuidado que ponga en su trabajo y el
de las personas bajo su supervisión, por lo que
en estos tiempos de crisis social, económica y de
valores debemos evitar a toda costa la perdida de
nuestra condición de hombres de bien, conscientes
de nuestras responsabilidades personales y
profesionales.
Sin embargo y muy a pesar de ello estamos
expuestos a la posibilidad de equivocarnos y
cometer en la práctica de la profesión faltas que
se pueden clasificar como ignorancia, negligencia
o dolo, pero en todos los casos encontramos en
ellas alguna forma de corrupción, entendiendo el
concepto de corrupción como el tipo de faltas que
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puede cometer el Contador Público por decisión
personal, por sucumbir a la presión de terceros o por
indolencia, ya sea para obtener un beneficio directo
o compartido, y en todos los casos por la pérdida u
olvido intencionado de sus principios morales, claro
está que a esto se le llama corrupción.
Algunos ejemplos generales de esta forma de
actuar pueden ser el no cumplir con las normas y
principios de la profesión, aceptar trabajos para los
cuales no se tiene la preparación y conocimientos
adecuados, no estar actualizado profesionalmente,
aprovecharse de la información privilegiada, hacer
uso indebido de fondos recibidos, participar en
casos de soborno o pagos ilegales, intervenir en
casos de lavado de dinero, participar en la creación
de empresas fraudulentas.
Con la finalidad de evitar caer en las tentaciones
de la corrupción el Contador Público esta obligado
a cumplir con las disposiciones legales (fiscales
principalmente) e institucionales (normas de
información financiera, código de ética) tanto de los
organismos nacionales, (Código de Ética Profesional
del IMCP, México), como los internacionales (Código
de Ética Profesional del IFAC, Internacional y AICPA,
Estados Unidos), todos ellos formalmente creados
para dar certidumbre a los diversos usuarios sobre
la información financiera,
Los contadores públicos desde el momento en que
se titulan y juran seguir siendo hombres de bien
deben actuar siempre de una manera profesional
e intachable, aún en el caso de personas que no
hacen algún juramento para ejercer su profesión o
el hecho de no haberse titulado, se parte de la base
de considerar que todos somos hombres y mujeres