BOLETÍN NOTAS AL DÍA DE LA FACULTAD DE EDUCACIÓN NOTAS AL DIA PARA PUBLICACION | Page 9
Segundo Congreso Mundial sobre Infancia y Adolescencia—Declaración Na-
cional : Acuerdos por el buen trato y los derechos de los niños.
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Porque un puente, aunque se tenga el deseo de
tenderlo y toda obra sea un puente hacia y
desde algo, no es verdaderamente puente
mientras los hombres no lo crucen. Un puente
es un hombre cruzando un puente. (Cortázar
del libro de Manuel)
El 20 de noviembre de 1989 se logra acordar
el texto final de la “Convención de los Dere-
chos del Niño y su cumplimiento se hace
obligatorio para todos los países firmantes. Es
así como la Convención se convierte en Ley en
1990 para todos los países del mundo firman-
tes (excepto Somalia y Estados Unidos).
Este compromiso instala una nueva visión del
niño y la niña como sujeto de derechos nos
invita a un giro importante, ello nos sugiere la
transformación de la visión que se ha tenido
de la infancia. De seres incapaces, sin voz e
inferiores y que requieren siempre del adulto
para ser seres sociales con voz, capaces y
competentes.
Como participantes del Segundo Congreso
Mundial de Infancia y Adolescencia tres con-
tinentes: África, Europa y América Latina
tendiendo puentes nos comprometemos con:
El enfoque de los derechos para los niños,
niñas y adolescentes con las obligaciones que
nos demanda el Estado, la familia y la socie-
dad, no solo para garantizar el desarrollo y
supervivencia sino también para dar cumpli-
miento a los postulados de las diferentes leyes
y decretos. A velar por la protección de los
niños y niñas.
La creación de ambientes y escenarios saluda-
bles que favorezcan la autonomía infantil, la
toma de decisiones en procesos de participa-
ción de tal manera que les reconozcamos
como seres humanaos con voz y voto en la
sociedad, porque a partir de su voz nos pode-
mos construir como sociedad con un capital
social.
Con acciones reales de participación de los
niños, niñas y adolescentes mediante la inci-
"Asumir a nuestros niños y niñas como sujetos de derecho y no
como objetos de intervención renunciando a posturas adulto-
céntricas ."
dencia en políticas, planes, proyectos y progra-
mas pensados con ellos y ellas, de tal modo que
se fortalezcan la autonomía, la seguridad, la
toma de decisiones y conciencia reflexiva sobre
lo que requieren y desean nuestras infancias.
Nos comprometemos con asumir a nuestros
niños y niñas como sujetos de derecho y no
como objetos de intervención renunciando a
posturas adultocéntricas que en la vida cotidia-
na nos distancian de ellos y ellas.
Nos comprometemos con la construcción de
condiciones que permitan pensar(nos) como
una sociedad en la que nuestros niños, niñas y
adolescentes encuentren la posibilidad de in-
ventar e imaginar, trabajando juntos por edifi-
car las bases de la dignidad humana, en un
espacio común de singularidades y universali-
dades compartidas en el que quepan la diversi-
dad y la pluralidad en este mundo globalizado.
Nos comprometemos con una educación que
nos conduzca a ampliar nuestro conocimiento
para comprender quien es el otro, en una lógica
del respeto por el origen, la identidad y las
creencias del otro que nos conduzca a una
educación que ame la diversidad y la vida en
todas sus formas, en la aspiración para cons-
truir una ciudadanía protectora e incluyente
ante lo que somos o podemos llegar ser.
Nos comprometemos con estudios desde la
academia, fundaciones, y otras entidades socia-
les comprometidas con la infancia que nos
permita comprender fenómenos como las mi-
graciones, las violencias, las familias diversas,
la salud y el posconflicto, entre otros temas que
afectan la vida de los niños, niñas y adolescen-
tes.
Nos comprometemos con la búsqueda de nue-
vas metodologías para acercarnos a los niños,
niñas y adolescentes que nos permitan mejores
análisis de las realidades infantiles desde las
rutas que ellos mismos nos señalen.
Nos comprometemos con padres, madres,
educadores y adultos de referencia para los
niños y niñas en la promoción del buen trato,
de tal manera que la incapacidad para estable-
cer vínculos afectivos con ellos y ellas se con-
vierta en amor y contención.
Con el cuidado de nuestros niños, niñas y ado-
lescentes como esa acción de la condición hu-
mana, que nos compromete ética y moralmente
con ellos y ellas, mostrándonos el camino de la
humanización.
Con una ciudadanía en ejercicio de los niños,
niñas y adolescentes en la construcción de una
sociedad libre, igualitaria y justa, esto implica
el fortalecimiento y profundización de la demo-
cracia, una democracia que hondea la bandera
del amor incondicional y la bondad de los
seres virtuosos que todos somos.