BOLETÍN N°36 DE LA SACRAMENTAL DE SANTA MARTA. LOS MOLARES. 2019 BOLETÍN 36 | Page 14
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Santísimo Sacramento y Santa Marta - 2019
Jesús instituyó la Eucaristía. A santa Margarita de Alacoque Cristo se le apareció cada
primer viernes de mes durante dos años, y le pidió que en las noches del jueves al
viernes le acompañaran durante una “Hora Santa” recordando la noche en la que,
mientras Él oraba al Padre en el Monte de los Olivos, los discípulos se quedaron
dormidos.
En nuestra parroquia también cada jueves se adora al Santísimo, es una Hora Santa
en la que un grupo de feligreses nos reunimos y adoramos al Señor expuesto en su
Custodia. Y lo tenemos ahí una hora. ¿Qué nos supone una hora a la semana? ¿Qué
cosa importante dejas de hacer por estar una hora a la semana sentada o de rodillas;
rezando o escuchando; mirando la Custodia o agachando la mirada ante Jesús? Decía
Santa Teresa que cualquier hombre no puede pedir audiencia a los reyes de la tierra
para poder compadecer ante ellos, ni incluso para verlos u oírlos, pero el Rey de reyes,
el Rey del cielo te espera impaciente en cualquier Sagrario de cualquier Iglesia.
Para mí es un regalo que nunca agradeceré lo suficiente. Adorar a Dios debería de
ser una necesidad, para muchos lo es, y como todo también se aprende, y cuanto más
te ejercitas pues más quieres; nuestro párroco parece que imaginó que en su parroquia
había feligreses que querían estar más tiempo Adorando. Y así don Óscar “inventó” “Mi
cita con Él”. Tenemos la suerte de que una vez al mes, el primer viernes de mes,
comenzamos la Eucaristía a las siete de la mañana y una vez terminada el Santísimo
queda expuesto hasta las nueve de la noche. Ya sabes, el Señor te espera cada primer
viernes de mes, a cualquier hora de ese día, desde las siete de la mañana hasta las
nueve de la noche. ¡Y te está esperando Dios! ¡Y está esperándote un milagro!
Cuántas personas van a los grandes Santuarios Marianos, a muchos kilómetros de
sus casas, o a Tierra Santa, donde Nuestro Señor vivió, esperando ver o sentir algo
extraordinario, pero en todos esos lugares Él ESTÁ de la misma forma que ESTÁ a pocos
metros de tu casa, en tu Iglesia más cercana, cualquier día y a la hora en la que esté
abierta, y en tu parroquia EXPUESTO cada Jueves y cada primer viernes de mes en “Mi
cita con Él”. Porque el milagro de la Eucaristía es tan grande que sólo a Dios se le pudo
ocurrir. ¿En qué cabeza cabe que todo un Dios bajase a la tierra cada vez que un
sacerdote quiera? ¿Cómo podría ocurrírsele a un hombre que Dios nos estuviera
esperando día y noche y día tras día en el Sagrario? O ¿a qué mente se le podría haber
ocurrido que a un Dios lo pusiesen allí dónde los hombre quisieran, ya en la Custodia
para salir en procesión, ya el Viático para llevar a los enfermos, ya en el Sagrario, ya en el
Altar? Sólo a nuestro Dios.
“Milagro de Amor tan infinito
en que Tú mi Dios te has hecho
tan pequeño y tan humilde para entrar en mí
En que Tú , mi Dios te olvidas,
de tu Gloria y de tu Majestad”
Alabado sea por siempre el Santísimo Sacramento del Altar.
María José Vélez Bernal