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nación y resistencia a los modos como el
modelo capitalista se ha instalado en la educación, expresiones múltiples que se manifiestan en los motivos que las convocan y en
las modalidades de acción.
Retomando los planteamientos de Santos
(2005) y situados en el contexto de las movilizaciones sociales por la educación, diríamos que nos encontramos frente a acciones
de resistencia locales que logran difundirse
globalmente o que se globalizan (localismos globalizados). Al mismo tiempo, frente
a movilizaciones y acciones colectivas de
escala mundial que tienen efectos en los
escenarios locales (globalismo localizado)
(Martínez 2011).
Movilizarse hoy en América Latina no
es un deseo, ni una opción, es una necesidad y una exigencia para construir alternatividades, las movilizaciones son semillas
de transformación y devenir, son esperanza
y condición de posibilidad para trazar otros
mapas, otras rutas, otros modos de pensar
y actuar con otros; posibilidad para provocar encuentros y convergencias, para revertir el pensamiento único, para trazar otros
proyectos diversos y múltiples.
Si bien, como expresa ZizeK (2004) en
su texto Revolución blanda, se reconoce
la temporal futilidad de la lucha, y en este
momento del capitalismo global no es posible una verdadera resistencia; es claro que
todo lo que queda por hacer mientras se
renuevan y reinstalan otras formas de acción
colectiva y otras formas de organización de
la clase trabajadora, lo que queda es defen-
movilizaciones
der los vestigios del Estado de Bienestar. En
ese sentido, no es osado pensar en alternatividades al modelo hegemónico y en esa
tarea y responsabilidad se ubican las movilizaciones sociales por la educación.
El nuevo milenio y en particular en la
última década, se da cuenta de una multiplicidad de movilizaciones. América Latina es
un continente que se moviliza en señal de
su reacción y rechazo a las políticas sociales
en su conjunto; la conflictividad en los países de la región “no es ajena a otra serie de
procesos asociados con la profundización de
la crisis económica (recesión, desocupación,
pobreza, desinversión pública, etc.) y la inestabilidad política de los gobiernos, la redefinición de las condiciones internacionales
y locales para el desarrollo y conocimiento
sustentable de las economías y sociedades
latinoamericanas y los procesos de pauperización, desigualdad y exclusión social que
las aquejan”. (Gentili, 2005: p. 109)
Caben aquí las voces de Eduardo Galeano
cuando expresa que:
En América Latina, son una peligrosa especie en
expansión: las organizaciones de los sin tierra y
los sin techo, los sin trabajo, los sin; los grupos que
trabajan por los derechos humanos; los pañuelos
blancos de las madres y de las abuelas enemigas
de la impunidad del poder; los movimientos que
agrupan a los vecinos de los barrios; los frentes
ciudadanos que pelean por los precios justos y
productos sanos; los que luchan contra la discriminación racial y sexual, contra el machismo y
contra la explotación de los niños; los ecologis-
Boletín del Observatorio de Acciones Colectivas por la Educación y la Pedagogía en Colombia - OACEP