¿Por qué es éticamente importante la autonomía?
la autonomía adquiere una importancia capital, otorga a este valor un doble significado. Por una parte, la autonomía es la condición indispensable de la acción moral. Quien no actúa autónomamente no puede ser sancionado por lo que hace o deja de hacer. Cuando la acción no es libre, el sujeto no es el responsable. En segundo lugar, la autonomía moral consiste, siempre según Kant, en actuar por deber, siguiendo los dictados de la ley moral, una ley inscrita en la razón humana y, por tanto, no privativa de un individuo en particular, sino identificable con la racionalidad como tal. Así, ser autónomo, moralmente hablando, quiere decir justamente actuar sin constricciones externas, al margen incluso de las constricciones legales, pero actuar no de cualquier manera, sino con la intención o la finalidad de cumplir la ley moral en cada caso.