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BLANQUITO
por Susana Casati
Blanquito, muy brillantes los ojos redondos, mueve su cola rítmicamente, de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, mientras mira, interesado, el vuelo de una mariposa. No nos engañemos: este cuzquito mimoso, blanco como la espuma, sueña todas sus siestas que caza una mariposa. Se despierta siempre justo cuando ella se escapa. Pero esta vez está seguro de que la va a atrapar.
Eleonora, su dueña, descansa sus fatigas charlando por teléfono con una amiga. Le está contando que hoy tiñó de verde su viejo vestido blanco. Lo tiene en un tacho lleno de agua con tintura verde.
Mientras tanto, Blanquito aprovecha que está solo. La mariposa baja un poco y Blanquito salta. La mariposa está ya en lo más alto del rosal de rosas rojas. Y Blanquito, dentro del agua verde. Salta afuera, se sacude y salpica de verde la sábana blanca que está tendida. Después, se mira las patitas: ¡verdes! ¡Verdes! Se pone bizco y se ve los bigotes verdes, verdes… Llora y llora lágrimas verdes, verdes…
Sale corriendo y se escapa de la casa porque sabe que su dueña ama a su perro blanco. Y gime en la esquina.
Su dueña dejó de charlar. Ahora tiende su vestido verde en una percha en la soga. Entonces ve la sábana blanca con lunares verdes.
-¡Blanquito!—llama. Lo busca debajo de la mesa, debajo de la cama, detrás del sofá—. ¡Blanquito!
Escucha un lamento tristísimo. Sale a la calle y ve, en la esquina, a un perro verde que llora. Corre hacia él, lo reconoce, lo abraza y trata de consolarlo.
En la casa, con cepillo y champú lo frota y lo lava. Pero el pelo de su cuzquito amado sigue verde, verde, verde…
Lo lleva al veterinario, que usa un blanqueador especial, pero el pelo sigue verde. Para disimular, el hombre le hace un “recorte” al animalito. ¡Pobre! ¡Qué feo está! Vuelven a casa Ele y Verde caminando muy tristes.
Un circo chino pasa por la calle: timbales, tambores, chinchines, bailarinas, magos, equilibristas. Si no tuviera tanta pena, Verde bailaría. Una chinita le da a Ele una invitación: puede ir con su mascota a un concurso.
Para alegrarse un poco, Ele y Verde van. Desfilan los animalitos: gatos, canarios, loros, papagayos, iguanas… Atrás, va Ele con su vestido verde y con Verde. ¡Montones de aplausos! ¡Verde es la mascota preferida!
El premio es un viaje a China en avión para los dos con todo pago y en hoteles lujosos. Visitan monumentos, templos, jardines y restaurantes. Ele come con palitos; Verde, sin. Se divierten mucho.
Un día, Ele descubre en Verde un pelo blanco. Los dos toman el primer avión y regresan.
Es primavera. Verde no está. Pero está Blanquito en el jardín mirando volar a una mariposa. Ele charla por teléfono mientras tiñe un vestido de azul.
Pero Blanquito ya ni piensa en cazar mariposas. Solamente mueve la cola.