Blablerías N°9 - Enero 2014 | Page 6

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Poesía

as

Durante doce años llevé las cartas perfumadas

a la casona en ruinas.

Subía los crujientes escalones del pórtico

y las dejaba caer en el buzón de bronce

con un dejo de horror.

Bien no sabía

pero los sobres en mi mano experta

parecían latir

tal si dentro aletease un colibrí.

A poco averiguar –la ciudad no es tan grande-

supe que allí habitó y se moriría

un oscuro escritor. Un solo libro se le editara en vida.

Una novela sobre su soledad, filosofías

de cuidar flores y preguntarse estrellas.

Di con un ejemplar tras mucha busca:

Abelardo Lanuel; alto, rubión, maduro,

con una cara de dolerle todo,

desde la contratapa lanzaba su botella

a un mar apático de nadies lejanísimos.

También sé yo de angustias como esas.

Y cierto día, al pujar contra el buzón repleto

se desprendió una solapa y el perfume

soltó su colibrí de amor antiguo,

y un nombre de mujer y una ternura.

Y así supe:

De otra ciudad enorme venían esas cartas

de una casa pequeña y de una biblioteca

con un solo volumen y un vasito a su lado

que mudaba jazmines cada martes.

He cometido un pecado, reconozco.

Uno y no dos. Forcé la cerradura

y me leí una a una esas palomas

desde donde otra soledad sin fondo

donaba su corazón deshabitado

para aquel escritor a mucho muerto.

Un pecado y no dos, insisto. Y visité a la dama.

Calvo y menudo y sin rasgos franceses

toqué la aldaba y pronuncié aquel nombre:

—Lanuel…

Ella dudó un instante, los párpados abajo

como quien porfía a ojos cerrados

seguir dormido para que el sueño siga.

A sus espaldas, mientras el té llenaba nuestras tazas

vi mi rostro francés de contratapa

dolido en su repisa.

Prendí el mustio jazmín en mi solapa

y sonreí.

Apenas, levemente, sonreí

para no despertar, ni despertarla.

Pues bien, estoy aquí. Gracias por esas cartas

dije yo, dijo él; poco importaba.

Y entonces ella me dio la bienvenida.

El verdadero

Ilustración: Ali Divandari (publicada en Pinzellades al món)

por Guillermo Silva, El Cuervo

Love of my life

(solo piano) por Queen