Educación, en cabeza del Dr. Luis Guillermo Patiño, gestionó y permitió que el colegio recibiere la totalidad de una donación aportada por la empresa PROTECCIÖN S. A. que constaría de muebles para distintos lugares de la institución, especialmente la nueva biblioteca.
Pero, fue durante ese mismo año 2017 que se hizo mucho más notable una oleada de inconformidades con la planta física que era propiedad de la fundación Loyola, muchas de las instalaciones presentaban grietas, humedades, problemas de energía, daños en los techos y los pisos; por lo que el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres (Dagrd) emitió un concepto de peligro inminente, por fallas estructurales y ante algún tipo de fenómeno telúrico. Dado que los daños avanzaban rápidamente, todos se quejaban de la situación y las posibilidades de reparación se hacían más pequeñas, la mejor salida a esta situación era la reubicación de los estudiantes y personal de la institución en un mejor lugar.
El 9 de enero de 2018 se llegó al acuerdo entre el ITM y el municipio de Medellín, de que los estudiantes del colegio Loyola compartirían la sede con quienes se benefician de los programas de formación que allí se prestan. Ya los estudiantes acudirían a la nueva instalación ubicada en la Cra. 65 #98 A-75, Medellín, Antioquia; con el fin de tener una reunión informativa sobre lo que implicaba el cambio de sede. El horario de los estudiantes ahora sería de 6:00 am o 2:00 pm, tendrían que pagar $5000 semanalmente para trasladarse a Tecno Academia, entre otros aspectos que generaron malestar principalmente entre los estudiantes y algunos docentes y padres.
Durante el principio del presente año escolar, las inconformidades se han hecho evidentes, los estudiantes se sienten restringidos a una libertad que tenían en la instalación anterior, no cuentan con espacios para realizar actividades lúdicas y deportivas, tampoco lugares adecuados para realiza laboratorios, las sillas universitarias no se consideran como un facilitador para el trabajo en equipo, la realidad es que los estudiantes se sienten en un lugar que no les pertenece y al que ellos tampoco pertenecen, pues si bien es cierto en esta nueva instalación hay muchos más recursos y comodidades, como el internet, salas de computación y bibliotecas esas cosas no pueden hacer una historia como la que se había estado construyendo en el lugar donde el Colegio Loyola inició.
Por el momento no está en mente reubicar a los estudiantes a otra sede diferente a la del ITM Castilla. El subsecretario aseguró que los colegios que se están construyendo y se van a construir en la ciudad ya fueron asignados de acuerdo a otras necesidades educativas. Solo queda esperar a que la historia después del cambio de sede se escriba sola.