Biuw | Page 15

prodigiosa idea, más duro sonaba la guitarra manipulada por las manos prodigiosas de ese artista reprimido.

Nuestro primer asesor fue John Mario del Rio, el profesor más sincero que yo haya conocido, porque yo sé que todos nuestros docentes tienen una dualidad de locura, pero a él se le notaba en todo lo que hacía, y no solo por la pinta que mantenía, también por sus ideas y sus ganas de cambiar al mundo; hablando mierda, que la mierda es la verdad, si no que la disfrazamos con este adjetivo.

Nos enamoramos, teníamos a casi toda nuestra familia luchando por el proyecto, y nosotros tratando de cambiarle esa mueca a Clementina cada vez que lo escuchaba, no era por la ignorancia, si no que a ella profesora de robótica no le cuadraba que tuviera más sensación un proyecto social, o eso era lo que se le notaba en la cara.

Al Sena tampoco le gusto, en la caracterización, pero igual la encargada de las asesorías mágicamente fue a defendernos –“Es que ellos casi no han tenido asesoría”-comentaba a los asesores, quienes notaban esa sonrisa falsa de Clementina, pero al ver que la de nosotros era real, los convencimos. Soñábamos con un asesor social y lo tuvimos imaginariamente hasta que comenzó el 2018.

La primera llagada al Sena fue tan triste, que ahora todos los aliados eran nuestros enemigos, incluso nosotros mismos, y Clementina se quitó la máscara de buena samaritana, diciendo que no eran permitidos los proyectos sociales, ¡Buena hora de decirlo señora!, luego de que nuestras ilusiones del arte fueran aplastadas.

-Claro, como el arte no es un producto material, si no emocional y creativo. Se nota que no sabe de eso porque se mantiene amargada- Le dije en la cara, mientras me quitaba el buso ,(no lo debía de hacer, porque estábamos discutiendo el proyecto, no su obsesión con decomisar prendas bonitas) que era una expresa critica a su negocio con las señoras del uniforme, -claro coordinadora, ellas si pueden vender pantaloneticas de uniforme (que no es permitido en el manual) y yo no puedo traer el buso que me hizo mi mama, con tanto amor. ¿No es eso innovación en producto, lo que usted tanto apoya?- Le dije con el proyecto en la mano, mientras se iba con mi hermoso protector del frio. –Entonces regáleme una, si quiere que me ponga una chaqueta del colegio-. Así fue que conseguí un producto innato del Loyola, brindado por Doña Liliana, con un esponjo sito relleno, Aun no entiendo porque ella si puede vender su productos caches. Igual, yo lo obtuve gratis.

Y esta es la historia de una batalla con todo el mundo, en donde termine con chaqueta gratis, pero marcada: ”Isabella Rojas Colorado” (el cual no es mi nombre) ahora entiendo porque los que no me conocen me dicen Isabella, y los que me conocen me dicen ladrona.