• El aprendizaje como un proceso puramente mental.
• Las emociones y afectos tienen un papel en el aprendizaje.
• Aprendizaje social. Los seres humanos aprendemos mejor en actividades de grupo.
Las 4 teorías del aprendizaje según sus perspectivas
La perspectiva conductista
Fundado por John B. Watson, el conductismo asume que el aprendiz es esencialmente pasivo
y que tan solo responde a los estímulos del ambiente que le rodea. El aprendiz empieza como
una tabula rasa, completamente vacía, y se da forma a la conducta a través del refuerzo
positivo o negativo.
Ambos tipos de refuerzo aumentan la probabilidad de que el comportamiento que los preceda
se repita de nuevo en el futuro. Por el contrario, el castigo (tanto positivo como negativo)
disminuye la posibilidad de que el comportamiento vuelva a aparecer.
Una de las limitaciones más obvias de estas teorías consiste en el estudio de conductas
únicamente observables, dejando de lado los procesos mentales que tanta importancia tienen
a la hora de aprender.
La palabra “positivo” en este contexto implica la aplicación de un estímulo, y “negativo” implica
la retirada de un estímulo. El aprendizaje, por tanto, se define desde esta perspectiva como
un cambio en la conducta de quien aprende.
El concepto de “condicionamiento clásico” ha tenido una influencia enorme en el campo de la
psicología, aunque el hombre que lo descubrió no era psicólogo. Ivan Pavlov, un fisiólogo ruso,
descubrió este concepto mediante una serie de experimentos con el sistema digestivo de sus
perros. Se dio cuenta de que los perros salivaban nada más ver a los asistentes del laboratorio,
antes de ser alimentados.
Pero, ¿cómo explica exactamente el aprendizaje el condicionamiento clásico? Según Pavlov,
se produce el aprendizaje cuando se forma una asociación entre un estímulo que previamente
era neutral y un estímulo que ocurre de forma natural.
54