Ni siquiera sabían que yo exis a!
Y según sus dichos, ella no encontró la manera de contarles sobre su relación
conmigo! Ella no quería que me conozcan…
Sen a vergüenza de mí!
Era cuestión de horas antes de que llegaran, y me pidió que me vaya por unos
días. La única opción que tuve fue irme como un niño, como el niño tonto que
solía ser.
Tuve que juntar rápidamente mis cosas para no dejar ningún rastro de la
convivencia y escapar de mi propia casa, como un delincuente.
Sin amigos ni familia en esa ciudad, con muy poco dinero en el bolsillo y
totalmente aturdido por mi desalojo forzado.