Berberana 258 Diciembre 2018 LR | Page 15

GURE GAIA diciembre de 2018 | berberana | 15 Samaniego, ya con luz natural la catástrofe se me antojó todavía mayor. Ya estaban allí los dueños de los pabellones. Sus caras lo decían todo. Una veintena de bomberos y seis camiones autobombas seguían echando agua, luego me enteré que el depósito municipal bajó al 30% de su capacidad. A pesar del agua que utilizaron, los pabellones apenas devolvían un pequeño hilo acuoso. La temperatura alcanzada dentro del edificio era tal que los 18 tractores, tres furgonetas, una vendimiadora y pequeño camión se habían convertido en un amasijo de metal retorcido. El resto de aperos, destripadores, atomizadores, rotabatores, remolques... corrieron la misma suerte. A lo largo de la mañana se fueron produciendo las primeras reuniones entre los afectados, con el ayuntamiento y con representantes de la Diputación y Gobierno Vasco. En el mismo lugar del incendio Ramiro González, Diputado General, habló de los pasos a dar y de las posibles ayudas, “habrá que esperar al proceso de los seguros, pero ayudas tendrán todos, asegurados y no. Vamos a activar todas las ayudas que desde las administraciones podemos tener”. Las ayudas serán para la construcción de nuevos pabellones, los incendiados tienen en proceso un proyecto de derribo, y para todo tipo de elementos de trabajo desaparecidos bajo el calor del siniestro Con el Jefe del Servicio de Bomberos, Javier García Reina, charlamos en nuestra emisora. Nos confirmó que el espacio afectado era de 4.200 metros cuadrados, “teniendo en cuenta que alguna de las lonjas tenía altillos”. Más que de pabellones nos habló de un “edificio dividido en quince lonjas, puesto que las medianeras no tenían resistencia al fuego. El fuego se propago en pompa por la parte alta. En realidad es el humo y el calor que conlleva, el que traslada el incendio”. Le preguntamos por algún comentario de propietarios que se quejaban de que nos les hubieran avisado, “tenemos unos protocolos que cuando llegamos a un incendio y vemos que algo se puede salvar por varias vías nos ponemos en contacto con los dueños. Pero cuando el fuego lo envuelve todo, no podemos empezar a avisar a los dueños para que vengan y se pueda producir algún peligro con las personas”. También le preguntamos por una acción que nos había sorprendido. Con el fuego sin extinguir él mismo fue llevando frente a cada lonja a los dueños. Le preguntamos el porqué, “desde el ángulo donde se encontraban alguno podía pensar que era posible acceder a su propiedad y salvar algo. Es preferible que vean la realidad, por dura que sea”. Sobre la equipación utilizada por los bomberos, máscaras y bombonas de aire, nos señaló que “teniendo en cuenta que se sabía que allí había depósitos de gasoil, productos agroquímicos y los plásticos mismos, la emanación de gases hacen que se utilicen estos elementos de autoprotección.” El trabajo de los expertos policiales y de los seguros ya se realizó. Ahora se está a la espera de que se inicien los siguientes pasos. Entretanto los damnificados intentan reconstruir sus hábitos cotidianos. Uno de ellos me comentaba cómo la solidaridad había surgido de forma inmediata, “al día siguiente ya nos habían ofrecido media docena de tractores y sus aperos para que podamos trabajar”. Son muchas las ideas que van surgiendo para poner en marcha iniciativas que sirvan para recaudar dinero y apoyar a los dueños de esos pabellones. Por los diferentes medios de comunicación de la Cuadrilla los iremos dando a conocer. Por cierto, ya me enteré el porque los perros que citaba al principio se mostraban tan contentos, una de las primeras cosas que realizaron los bomberos fue liberar un grupo de perros de caza que se encontraban en un vallado junto a los pabellones incendiados.