El debut sin sueño ni defensa
Por Fran Rodríguez
Tenerife llevaba siete años sin conocer la
ACB. El Canarias, como club y equipo, lo
triplicaba: 21 años sin pisar las mejores pistas
de España. El debut se antojaba como una
fiesta de tambor y pandereta, de triunfo, de
victoria. El rival era asequible. Ni Barça, ni
Madrid, ni un equipo al que no se le haya
vencido nunca: CAI Zaragoza. La primera
derrota en el primer partido avocaba al
Canarias a pensar que en un Santiago Martín
repleto de público, el primer triunfo llegaría.
Nada que ver. Ni pabellón lleno, ni regreso
a casa soñado, ni defensa. El Canarias no
pudo con José Luis Abós y sus guerreros
maños (65-85).
Primero fue por falta ausencia de ataque y
falta de triples. El Canarias aguantó al CAI
por tres cuartos, pero a finales del tercero y en
el último parcial, los zaragozanos rompieron
el partido. Alejandro Martínez es señal de
juego rápido, alegre, de espacios. Espacios
son triples y el Canarias ha vivido de ello de
unos años para acá. Abós lo sabía y lo
minimizó al máximo: tres triples anotados en
12 intentos. Los canaristas, en ningún cuarto,
sobrepasaron los 20 puntos.
Lo siguiente fue la defensa. El Canarias
tiene un problema serio, demasiado. Los
tinerfeños encajan 93 puntos por partido ó
186 puntos en contra si se suman ambos
choques. Para el que lo prefiera en letras y
sin rodeos: el cuadro lagunero es el equipo
que más puntos recibe en la categoría. De
esa conclusión se derivan muchos males: el
equipo no ha ganado ningún cuarto en dos
partidos (salvo el último en Madrid con el
partido finiquitado) o que cada 10 minutos los
canaristas reciben una media de 23,5
puntos. No se descubre la pólvora: con esos
guarismos es casi imposible ganar. En
palabras de Manel Comas: “Van a tener que
trabajar mucho”.
El Canarias no es el Barça, ¿o sí?
Cuando el ruido de la zona mixta del
Santiago Martín enfurece y los vestuarios
empiezan a escupir jugadores, Jaime Heras
estaba allí. Su enfado era evidente: derrota y
partido sin alardes (0 puntos, 0 rebotes, 0
asistencias y -5 de valoración). Pero este
capitán cambia sus años en el club por
sabiduría: “No somos el Barça, somos el
Canarias”, afirma mientras su voz y sus ojos
tiemblan de rabia y contradicción, de
sentimientos encontrados.
Lo razonable es que el tinerfeño no se
equivoca. El Canarias no es el equipo que
tiene que ganar todos los partidos, ni
disputar el campeonato al Real Madrid y
compañía.