Basket Marcha 2012 28 noviembre, 2012 | Page 4

1 El triunfo de los 21 años -Papá, papá… ¿qué se siente al ganar? -Ganar, hijo, es como flotar en el aire, es casi como volar. - Hace tiempo que no vuelas ni flotas, papá. -Hace tanto que no siento una victoria, hijo… hace tanto que casi lo he olvidado Por Fran Rodríguez Y el niño de la cuarta fila del sector J del segundo anillo vio cómo el balón bajaba por las entrañas de la red. En realidad, lo vio este niño ficticio y las 3.728 personas que anidaban en el Santiago Martín: Ricardo Uriz cerró el puño y elevó la mirada. No miró a nadie en particular, pero fue como si, eslabón a eslabón, posase su mirada en los ojos de cada canarista. El marcador era inmejorable: 84-65 a 4:50 para la muerte del partido. El encuentro había sido casi perfecto. Al Santiago Martín llegaba un Lagun Aro sin alma, de esos equipos que deambulan por la estrecha línea entre la debacle y el estrépito. Sin Woods y con un equipo sin carácter, el Canarias conjugaba todos los verbos con la victoria. Los primeros minutos mostraron a un cuadro aurinegro superior en las manos de Levi Rost, y a una escuadra guipuzcoana que se sostenía por la anarquía de Jermaine Taylor. Siempre a la sombra, siempre a remolque, con pena y sin gloria. Así se movía por el parqué un Lagun Aro que en el primer cuarto aún no fue sentenciado (17-13). El Canarias conquistaba el rebote y su ataque fluía por los pies de un Nico Richotti que sumaba más puntos que minutos (13 puntos en ocho minutos). *Sekulic intenta taponar a Guillen // CB Canarias Su efectividad era tan certera como la defensa aurinegra, que se transformaba desde el esperpento de las primeras jornadas a la competitividad de ahora. Las victorias hacen que todo sea bonito y ésta, en concreto, embellecía hasta el punto más débil del plantel de Alejandro Martínez. Al descanso, el equipo vasco era tan obediente que cumplía sus conductas de los partidos anteriores: segundo peor equipo anotador y con más pérdidas por juego. Contra los tinerfeños habían perdido nueve balones y su poder ofensivo era menos poder y más carencia (46-32).