Basket en Marcha 03 octubre, 2013 | Page 12

La vida de Alejandro no ha sido demasiado fácil. Desde pequeño tuvo que aguantar burlas e insultos por su discapacidad, aunque ha sabido convivir con ella en todo momento, y se acabó acostumbrando a ignorar a la gente que intentaba hacerle daño. Estando aún en infantil, se le observó una mala caligrafía cuando escribía con su mano derecha, y cuál fue la sorpresa que se llevaron sus padres al descubrir que Alejandro era zurdo… a pesar de no tener mano izquierda. “Tú me echas un pulso con la mano derecha y me ganas, pero no con la izquierda, porque soy zurdo. Hago todo con la mano derecha, pero soy zurdo” – comentaba Pérez entre risas-. Alejandro tuvo su primer contacto con el mundo de la canasta a los 9 años, durante las olimpiadas del Echeyde Laguna. “Nunca había pensado jugar a baloncesto, hasta que una profesora me obligó a hacerlo porque no había nadie jugando”. A partir de entonces, el coordinador de baloncesto del Echeyde Laguna le comentó la posibilidad de jugar a baloncesto durante las tardes. “Querían que jugara con ellos la liga, pero no me dejaban porque había repetido dos veces de curso”.