Carlos es padre de tres chicas que han practicado baloncesto a buen nivel. Con las tres ha vivido de cerca el baloncesto en innumerables partidos, campeonatos y experiencias y por ello, es la persona idónea para transmitirnos su visión del baloncesto como parte de un colectivo de vital importancia en este mundillo, el de los padres.
C uando la revista me propuso que contara mi relación con el baloncesto base femenino, desde el punto de vista de un padre con Tres hijas que practican este maravilloso deporte, mi mente comenzó a realizar un repaso por estos últimos 15 años de mi vida.
Todo comenzó con una conversación con mi mujer, en la que decidimos que queríamos como extraescolar una colectivo, que pudiera ayudarlas durante su formación y las introdujera en el mundo del deporte.
Un deporte que fomentara valores como el esfuerzo, el compromiso, la amistad, el respeto.
Su práctica las debería ayudar a formarse como personas, en un ambiente seguro y permitiendo la mejora de sus capacidades.
El baloncesto fue nuestra elección y hoy puedo decir que fue una elección muy acertada.
15 años de experiencias, de sonrisas y llantos, de amigos, de kilómetros, de Campeonatos, Selecciones, entrenos, lesiones, madrugones y viajes.
Infinidad de recuerdos, como ese partido del Campeonato de Andalucía de Clubs mini celebrado en Sanlucar de Barrameda con El Candado. Nuestro equipo estaba en todas las quinielas como uno de los favoritos al título, pero nos eliminaron en cuartos de final.
Las niñas estaban llorando desconsoladamente y uno de los padres, Julio, sin decir nada, contrató 2 coches de caballos para recogerlas a su salida del pabellón. Las lágrimas se convirtieron en segundos en profunda alegría. Lo importante era la experiencia, lo vivido, las nuevas amigas. El resultado era anecdótico. Es lo que siempre llevarán en sus mochilas.
15 años donde he podido comprobar que el baloncesto es mucho más que un deporte.
Varios colectivos unidos para procurar que nuestras niñas disfruten y adquieran hábitos saludables.
Si me lo permiten me gustaría hacer un pequeño recorrido por cada uno de estos colectivos
Las jugadoras.
Nuestras hijas son y serán las grandes protagonistas de esta historia.
Siempre serán el motivo y la razón última por la que deberíamos movernos.
He visto cientos de niñas disfrutar, pelear y sonreír pero cuidado con la gestión de la ansiedad. Es un deporte, es un divertimento, es un complemento en su formación y aunque se compita nunca debería convertirse en una obsesión.
Hacer amigas y trabajar en equipo son las claves que deben impulsar a todas y cada una de ellas. Aprender jugando, apoyar a las compañeras, disfrutar con el equipo y saber ganar y perder, son piezas básicas de este periodo de formación.