BAO Nº 24 Diciembre 2019 BAO Nº 24 Diciembre 2019_ | Page 14

Los boteros No hay tregua. El botero no sabe de miedos. Ni siquiera cuando la ría se enoja y se convierte en mar fiero. Hay referencias sobre ellos desde el siglo XVIII. Pero la fecha se queda corta. Hubo un tiempo en que San Antón era el único puente. Y de ahí el botero. Primero en bote pequeño. Luego con siete viajeros. Y así siguió hasta que en 1900 doblaron pasaje. Pero eso fue ayer. Hoy son más sofis- ticados. Y cómodos. Pero se antojan escasos. De ahí la añoranza de quien los frecuentó. Como el que une Por- tugalete con Las Arenas o el de Bara- kaldo con Erandio. Rutas breves que simulan crucero. No solo trasladan. Enseñan. Para repetir viaje en lugar de errores. Algo que nos recuerda el Por- tugalete. Nacido en 1757, tras la des- trucción del Puente Colgante durante la Guerra Civil, se convirtió en carre- tera. Guiados siempre por patrón con alma de capitán. Ahora cuentan con licencia de buque de pasajes, de radio y de supervivencia. Todo está más regulado. Pero añoramos los días con rutas desde Lamiako, Zo- rroza, Olabeaga o Deusto. Porque el bizkaino siempre entendió que hasta la más humilde lengua de agua puede ser océano que separa continentes. De ahí la necesidad de cruzarlas. De ahí el valor del botero.