BAILEMOS TIERRA BOLETÍN-Nº-78 | Page 4

Chiwakito Clown Por Renzo Mansilla Castillo O í en algún lugar que un clown no puede quitarse la nariz por muchas ganas que tenga de estor- nudar o por mucho que le falte la respiración ¡Y vaya que es así! Los niños nos llaman payasitos, debido a la convencionalidad del término; otros al vernos, esperan una función circense, malabares y dosis de risa y comedia. Lo que muchos no saben es que el personaje clown no siempre es aquel que luce una rojísima nariz con una ajustada liga, algunos ni si- quiera la utilizan. No están equivocados al pensar que la cuota de comedia va a empezar; esa es la intención... En escena dejo de ser yo y me convierto en un "Chiwuaku". Seguramente todos conocen al ave picudo, color pardo oscuro que evita ser detectado por la vista, mas no por su canto; salta como una ardilla para moverse entre las tunas y maizales, roba con arte las guindas y anida entre los eucalip- tos. Dicen los abuelitos que cuando canta, cual mensajero del cielo, es porque la lluvia se acerca. ¡Ay si el chiwuaku hablara! ¿Y por qué no hacerlo hablar? Contaría sin duda las costumbres de la sierra, las leyendas y los mi- tos, las faenas de los hombres, los amoríos escondidos y el signifi- cado del Huaylarsh. Tal vez una pequeña nariz de clown sea sufi- ciente para crear al personaje, so- portar la falta de aire y las gotas sa- ladas de la frente, revivir con ím- petu al mensajero de los dioses y no quitarse la nariz sino hasta cuando elevar un quejido al viento sea necesario, uno que narre con versos las gotas de sangre y llanto, uno que narre con furia la rivalidad entre hermanos, uno que narre la pena, uno que narre la vida, uno que sea capaz de transformar en tristeza la alegría, y permitirle una vez más contar una historia nueva, reír de su propia risa, sentir en lo más profundo haberse convertido en ave, saltar por los pastizales, gri- tar a los cuatro vientos, bailar sin vergüenza y volar por un instante con las alas de los aplausos... Página 4