Avanzando hacia la economía del conocimiento Avanzando hacia la economía del c | Page 11

Con razón se viene diciendo que una de las grandes asignaturas pendientes de la economía española es la falta de transferencia y puesta en valor por el sector productivo de los resultados del conocimiento y de la investigación de los centros públicos de Investigación y, en concreto, de las universidades. Prescindimos así de buena parte del potencial de nuestras universidades como motores del desarrollo económico y social y, al propio tiempo, desaprovechamos una oportunidad de mejorar su financiación y, por consiguiente, su excelencia nacional e internacional. Nuestro sistema universitario público necesita mejorar su financiación, excesivamente dependiente de las transferencias corrientes y de capital del sector público y entre sus otras fuentes de financiación ninguna ofrece más posibilidades de mejora que la que proviene de la transferencia de su investigación. En un mundo global donde la tecnología es ya una competencia transversal en cualquier sector de la actividad económica, el sistema español de ciencia y tecnología -constituido por diferentes instituciones: las universidades, los OPI, los hospitales y nuevas instituciones de investigación como el CNIO o los ICREA en Cataluña y los Ikerbasque en el País Vasco- hace mucha y excelente investigación y una buena parte de ella, superior proporcionalmente a la que realizan sus equivalentes en otros países europeos, la generan nuestras universidades. A lo largo de los últimos años, desde el estallido de la crisis económica en 2007, el entorno no ha sido favorable para la inversión pública en ciencia y tecnología en España y, especialmente durante el quinquenio 2009-2013, se ha caracterizado por un fuerte descenso de la inversión en I+D, tanto en gastos brutos como en porcentaje del PIB y en recursos humanos, lo que ha comprometido la excelencia científica y el liderazgo de nuestro personal investigador. Si la media de gasto en I+D se sitúa en el entorno del 2% para la UE-28, en España se quedó en 2018 en un 1,24% (dato del INE), muy lejos del ejemplo de países con niveles de gasto en I+D en torno al 3% como Alemania, Austria o Suecia por citar solo algunos europeos. Todos los datos, salvo que se diga otra cosa, obtenidos de los informes de la Fundación CyD sobre la contribución de las universidades al desarrollo social y económico 2017 y 2018. 1 11