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INTRODUCCIÓN.

El agua es considerada por muchos como la fuente de toda vida existente; distintas teorías formuladas a lo largo de la historia postulan que fue en el mar donde surgió por vez primera la vida en nuestro planeta, y es bien sabido que las primeras civilizaciones hallaron un lugar donde el progreso pasó a ser asequible en las riberas de los cuerpos de agua naturales, ya que establecerse ahí les permitió desarrollar actividades que ahora son consideradas como “económicas primarias”, pero que en su tiempo fueron la diferencia entre la supervivencia y la extinción, véanse, la agricultura y la pesca.

El agua representa también los cimientos de muchas de las funciones básicas de los organismos, como la transportación del oxígeno a las células por medio de la sangre.

DESARROLLO

Todo ser vivo que pretenda conservar su condición requiere de una dotación periódica de agua que pueda asimilar, y para ello se requiere que el agua no esté contaminada, o que posea muy pocos contaminantes, y que los pocos que posea no resulten incompatibles con el organismo que los absorberá.

Refiriéndonos al agua, un contaminante es un elemento externo que, al interactuar con ella, altera su composición natural y degrada su calidad. El agua por sí sola se compone de moléculas formadas por átomos de hidrógeno y oxígeno, pero dependiendo de dónde se le encuentre, puede poseer diversos contaminantes. Los contaminantes están presentes en el suelo como componentes naturales del mismo o como consecuencia de las actividades antropogénicas

En los suelos se pueden encontrar diferentes metales; como son silicio (Si), aluminio (Al), hierro (Fe), calcio (Ca), sodio (Na), potasio (K), magnesio (Mg). También puede encontrarse manganeso (Mn), que generalmente se presenta en el suelo como óxido y/o hidróxido. Estos pueden ser separados del agua mediante la decantación y la filtración.

LA CONTAMINACIÓN DEL AGUA: PROBLEMÁTICA MUNDIAL, RESPONSABILIDAD MUNDIAL.