Vista del Viaducto partido. Foto tomada
por Pérez Zambrano, reportero gráfico
de El Universal.
Estruendo en tacagua
Quiebre del Viaducto No. 1 el 19 de marzo
de 2006, captado por Andrés Fonseca.
Tomado del diario El Universal.
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La aceleración de los movimientos
de tierra que arrastraban la estructura se hizo cada vez más notable en la
clave del puente hasta casi el mediodía
del 19 de marzo.
El instante del quiebre definitivo
lo captó milagrosamente la cámara
digital de un estudiante de periodismo
que, atraído por la curiosidad de las
más recientes noticias acerca del estado del puente, transitaba en el momento en que la estructura cedió ante el
empuje de millones de toneladas de
tierra que forman la colina sur poblada por cientos de personas humildes
que ocupan precarias viviendas.
Los testigos dicen haber escuchado el estruendo y enseguida elevarse
una nube de polvo desde el fondo de la
quebrada Tacagua, sobre la que, el
lunes 20 de marzo de 2006, reposaban
los escombros mientras a ambos lados
de los cerros o estribos que forman el
cañón por el que baja la quebrada,
todavía se pudo apreciar las pilas sobre
las que comenzaban a correr las cuatro
pistas en ambos sentidos del viaducto
No. 1 en servicio desde diciembre de
1953, expresión de los avances en materia de ingeniería y empleo del cemento pretensado para resolver problemas
como la profunda quebrada que no
podía impedirle el paso a la autopista
Caracas-La Guaira. Fue la solución
técnicamente perfecta además de hermosísima desde el ángulo estético.
A pesar de haber perdido la rigidez de sus líneas, en especial la del
tablero vial, la tarde del sábado 18,
desde la vía alternativa construida para hacer efectivo el cierre del viaducto
en enero de 2006, contemplé por última vez la majestuosidad del viaducto.
Menos de 24 horas después el paisaje
cambió para siempre. El viaducto dejó de estar en su lugar después de 53
años y casi cuatro meses abierto al
tránsito automotor.
No se produjeron pérdidas humanas, confirmaron a la prensa voceros
autorizados del gobierno. No obstante
que « fue incontrolable el efecto de los
14 millones de metros cúbicos de tierra
que empujaron la estructura». Sin embargo, numerosas viviendas quedaron
irreversiblemente afectadas en los barrios vecinos.
La víspera, el tabloide Últimas
Noticias tituló su primera página advirtiendo que el viaducto se caería.
Una investigación periodística en el
lugar permitió apreciar que el desplazamiento se hacía mayor y que las
grietas en el pavimento así como los
pilares, crecían o deformaban noche
tras noche. Fotografías comparativas
de cómo estaba el puente la semana
anterior y cómo los reporteros lo encontraron siete días más tarde constituyeron claro indicador de que se
trataba de algo más que una falsa alarma. No obstante, el desmentido oficial
apareció en la edición dominical del
mismo periódico. Si bien no negaba la
posibilidad de la fractura, hacía ver
que exageraba la prensa cuando publicaba la inminente caída por los desplazamientos sumamente peligrosos.
El Universal ofreció el lunes 20 las
fotografías tomadas por el estudiante
Andrés Fonseca en momentos en que
se derrumbaba el viaducto. También