Carta editorial
Hemos decidido dedicar un número a la situación
presente en nuestro país. Si bien el año electoral y los
eventos que con él se avecinan, demandan un estado de
alerta, los espacios de sensibilización y pensamiento se
han vuelto pocos, y ese es nuestro refugio. Y si de re-
fugio hablamos es porque algo de cobijo encontramos
en la escritura.
El deseo de este número es el de recoger los anteriores:
la libertad, la locura, la identidad y la educación nos
dicen algo en esta ocasión, pero a gritos, con arrebato.
Más allá de parchar o recetar en la realidad, hay que
sujetarla encarecidamente, y con esto hay que pensar-
la, sacudirla; dar cuenta de su inquietante peso, tomár-
sela a pecho. ¿Qué es eso sino tomarse la vida en serio?
Esperamos que el lector encuentre con cada artículo,
con cada obra, una puerta distinta, un hacerle frente
a la realidad, desde el sentir propio y el sentir mutuo,
desde el duelo, desde lo que se quiere y se calla, desde
la ruina y la indudable presencia de los que no regre-
san. ▪
Revista Autarquía
Fotografía por: José Antonio Lama
Autarquía
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