Carta editorial
Sólo hay tres maneras de acceder a la totalidad: la pre-
gunta, la paradoja, la negación y la metáfora; pues con
cada una de esas formulaciones lo que se hace es abrir
un nicho, una línea, no clausurar. La verdad suele exigir
una conclusión definitiva, segura. El de-mente, el es-
quizo (múltiple) - frénico (inteligencia), es el que busca
y busca y nunca halla (nada, ¡nada!); es el que erra,
naufraga, resiste. El que tropieza, cae y ríe a plena mar-
cha de un destino que no planea de-velarse (“aletheia...
muero de sed”). Parece que ¡no!, no hay cómo rebasar
una cifra, una arbitrariedad, un acuerdo que se extiende
desde dentro nosotros y decanta un mar en primavera:
un verano azul. Y así se va haciendo evidente, sí, la ne-
cesidad de un sol, de una cantina y un abrazo. La caída
de un ser entre nosotros: habrá que danzar,
“morir” 1 .
Cada verdad es una isla. El mundo un archipiélago
de voces.
Ven, ¿sientes el viento en el rostro? ▪
Ilustración por: Bifo
Revista Autarquía
1 Poesía: desdecir, de-lirar lo de-lírico.
Autarquía
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