Autarquía numero-cinco | Page 15

padre del psicoanálisis y de la psicoanalista más innova- dora después de él, la señora Klein. Bion es uno de los que más ha abundado en esta división no tajante entre gente psicótica y no psicótica, esto es, entre “gravemente pertur- bada” y “normópata”; más bien, a partir de su exposición ha explorado partes de la personalidad más fragmentadas y cargadas de agresión, por una parte y, por otra, a las más tendientes a la formación de vínculos interpersonales que se integran en una ética de responsabilidad y compromiso interpersonal saludable, en el desarrollo de la capacidad del pensamiento desde el punto de vista de la vida interna mental. Las ideas de Bion son ricas, complejas y difíciles de mas- ticar. Pero lo más desafiante es llegar a pensarlas a partir de fenómenos intersubjetivos y autorreflexivos. Es decir, más allá de apoderarnos de ellas vía el pensamiento abs- tracto, se trata de aprender a verlas en acción, en movi- miento. Él intentó hacerlo en su clínica, en la que abogó por lograr una relación terapéutica y una comunicación de algún tipo con aquellas personas que tenían fuertes di- ficultades para lograr un contacto de confianza debido a sus importantes distorsiones tanto de su realidad externa como interna, ya que llenaban su interpretación del mun- do de perseguidores externos puestos en objetos y en los otros. Esto, a final de cuentas, es lo que genera el grave deterioro que se suele ver en cierta gente, así como el alto grado de sufrimiento físico, mental y social. Para él, la personalidad esquizofrénica comporta los siguientes ras- gos (Bion, 1984, en un artículo publicado en Second Thoughts): 1) una preponderancia de impulsos destructivos tan poderosa que sofoca aquellos tendientes al amor, de manera que incluso estos últimos se vuelven sádicos. 2) un fuerte odio a la realidad externa e interna, así como a todo lo que dé cuenta de ella: o sea, razonamiento, capacidad de juicio, empatía y discernimiento (funciones yoicas). 3) una angustia ante una aniquilación inminente: una sensación cor- poral muy primitiva de fragilidad extrema, presente en grandes propor- ciones en bebés y recién nacidos. 4) una relación prematura y precipitada de relaciones objetales: es decir, en el primer contacto, una mente psicótica se confundirá abruma- doramente entre lo que siente, piensa y es él y el otro, así como confundi- rá al otro con otros. Por ejemplo, para ellos, el doctor o el analista no re- presentarán o serán “como el papá” o “como el jefe”, sino que se dará una confusión perceptual y ontológica grave. Esta teoría tiene la virtud de explicar cómo funcionan las persecuciones paranoides del tipo “él es el diablo y me viene a matar” o “él es el presidente y me quiere encarcelar”. No es mi intención terminar con una enumeración confusa, sino concluir a partir de lo descrito que lo que caracteriza primordialmente a la orga- nización psicótica es, mediante la identificación proyectiva (la confusión emocional y ontológica por partes de la que hablé), el mecanismo primi- tivo mental en que se arrojan partes, normalmente hostiles, de uno mis- mo en otro, de manera que después se sufre una persecución o paranoia enloquecedoras, debido a las cuales uno mismo sufre un empobrecimien- to en su emocionalidad y pensamiento yoico considerable. ▪ Ana Cristina Tamayo Autarquía 15