A modo de introducción, podemos decir que la película de la Naranja Mecánica (Stanley Kubrick,
1971) pretendía ser una poderosa crítica social. Con
base en la ficción futurista escrita por Anthony Burgess, Kubrick pretendía denunciar a la sociedad de
su tiempo (que, casi por completo, es la nuestra).
Esta crítica la intentaremos aterrizar en tres de sus
puntos principales.
1.
La sociedad y la forma sin fondo:
el diferencial de poder.
El gran sociólogo Philip Zimbardo, a través de dos
extraordinarias conferencias de Ted, nos traza dos
asuntos: Por una parte la ligación de una juventud
sin esperanzas, recibida en un mundo hostil, a la vivencia en un puro presente, en una instantaneidad
que hace que todo el enfoque sea el placer presente,
sin ninguna preocupación por trazar un proyecto,
pues proyecto implicaría un futuro al que se vincula
el presente.
-Alex y sus drugos van en sentido contrario por la
carretera a toda velocidad. Están por estrellarse. El
estruendo de la risa es inminente, estallaPor otra, cómo la violencia se tiende a trazar en si-
“El estado y la tecnociencia
en el filme hacen un dúo que
opera castrando.”
Foto por: Inés Gutiérrez
tuaciones que concreten un diferencial de poder, es
decir, cuando hay una situación de dominio, o de
una jerarquía muy marcada en donde a los individuos que forman parte de esta estructura se los obliga a ejercer esa diferencia, entonces se propicia la
violencia. Y no sólo la violencia entendida como un
acto violento, sino los individuos que forman parte
de esta situación quedan marcados permanentemente: se hacen violentos.
2.
El estado y la ciencia en la Naranja Mecánica: la verdad sin fondo.
La sociedad intenta castrar a los jóvenes, despotencializarlos, y ellos se rebelan.
-Alex viola a la esposa del rico intelectual. Golpea
al escritor hasta la parálisis, y, en un acto de sublime
coherencia, blande un pene hasta quebrar el cráneo
de la burguesa; los gatos sólo maúllan-.
Lo que se impone es una estructura que aplasta,
pero una pura estructura que no se sostiene en nada.
Que mata la vida, nos diría el Nietzsche del Zaratustra. Forma sin fondo. Castradora. Castrante.
Autarquía
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