Auschwitz, el matadero de la historia AUSCHWITZ revista | Page 46
[46]
Sacrifiqué mi vida una vez por todas. Es algo que ya pasó y de lo que no
volveré a ocuparme. ¿Pero qué harán mi mujer y mis hijos? Mi destino ha
sido caprichoso. Mi vida ha estado pendiente de un hilo con mucha
frecuencia: durante la primera guerra mundial, en los combates cuerpo a
cuerpo, en los accidentes del trabajo. Mi automóvil chocó con un autocar y
logré escapar a la muerte. Caí desde un caballo sobre una roca y por poco
fui aplastado por la montura. Sólo resulté con algunas costillas fracturadas.
Durante los bombardeos aéreos creí más de una vez que había llegado mi
último momento, pero no me ocurrió nada. Poco antes de la evacuación de
Ravensbrück fui víctima de un accidente automovilístico y todos me creían
muerto. Sin embargo, una vez más, logré salvarme.La ampolla de veneno
que llevaba siempre conmigo se rompió poco antes de ser detenido. El
destino me salvó siempre de la muerte, para sufrir ahora un fin degradante.
¡Cuánto envidio a los camaradas que cayeron luchando en el campo del
honor! Yo era un engranaje inconsciente de la inmensa máquina de
exterminio del Reich. La máquina se rompió, el motor desapareció y debo
desaparecer yo también. El mundo lo exige... Pueden continuar
considerándome un animal salvaje, un cruel sádico, el asesino de millones
de seres humanos. Las masas nunca podrán pensar de otro modo sobre el ex
comandante del campo de Auschwitz. Nunca podrán entender que también
yo tenía corazón...
Cracovia, febrero de 1947
Rudolf Höss".