Y según el dicho popular, dice que si una mujer embarazada ayuda a la elaboración de tamales, estos tardan o no se cuecen.
En nuestra cultura gastronómica existe una diversidad de tamales según el tipo de masa, la forma de envolverlos, relleno y la ocasión.
La palabra tamal proviene del náhuatl tamalli que significa envuelto, este platillo de origen prehispánico,
sus antecedentes son descritos por Fray Bernardino
de Sahagún:
“Comían también tamales de muchas maneras; uno
de ellos son blancos y a manera de pella, hechos no
del todo redondos no bien cuadrados… Otros tamales comían que son colorados…”
Suele ser de preparación simple o muy elaborada a
base de maíz cocida o elote tierno crudo, el relleno
puede ser de vegetales o frutas, carne (res, pollo, cerdo, pescado o mariscos) acompañado con una salsa
de chiles, envuelto en la misma hoja de maíz (totomoxtle o fresca), plátano, hoja de aguacate, hoja de
papatla, espinacas, acelgas; o bien, poder ser dulces,
con zapote, piña, coco, etc.
Hasta antes de la conquista solo eran provistos de la
masa de maíz, molido quebrado o elote, posteriormente con el cerdo fue que adquirieron porosidad y
suavidad por la integración de la manteca en su preparación y por el tiempo de batido.
La palabra tamal tiene diferentes sinónimos según el
país y cultura; por ejemplo: En México, España, EEUU
y Guatemala se les llama tamal; en Venezuela se le
dice hallaca, Belice se conoce como bollo y en Brasil
son dulces y se les dice pamonha.
38