A fondo
España son tan monstruosas, que cualquiera debe considerarse feliz si es objeto de una detracción fiscal elevada, pues cuanto más lo sea, eso es signo de que sus ingresos son aún mucho más elevados. Y en los tramos máximos tanto, que es prácticamente imposible gastar esos volúmenes de renta o de patrimonio.
IMPORTANCIA DE UN LIDERAZGO DE SOLIDARIDAD
En la alternativa que defendemos, existe un frente de acción que puede parecer heterogéneo respecto de los criterios económicos dominantes, pero en realidad tiene una importancia decisiva para la economía. Se trata de conseguir un liderazgo comunicativo y moral que provoque un movimiento de solidaridad colectiva y valoración de lo público. Propugnar eso puede parecer extraño, pero probablemente porque nos hemos acostumbrado a una política de bajos vuelos. Por una parte, parece haber pocos políticos con capacidad de liderazgo. Al mismo tiempo, la mayor parte de los ciudadanos se han convertido en espectadores de la política. Sin embargo, en las grandes crisis suele haber un número elevado de ciudadanos que está dispuesto a contribuir en remontar la situación. Ahora bien, nadie se lo pide, ni se ofrece para coordinar esfuerzos. Nuestra clase política ha perdido la capacidad para lograr una comunicación verdaderamente profunda con los ciudadanos, y coordinar un esfuerzo amplio y eficaz de solidaridad.
Sin embargo, estos momentos son los que de manera más clara requieren un verdadero liderazgo. Es ahora cuando hay que pedir desprendimiento a los que más tienen, esfuerzo productivo a todos, y una actitud orientada a objetivos comunes. Al mismo tiempo, hay que estigmatizar públicamente conductas insolidarias. No puede aceptarse que ciertas personas hagan gestos patrióticos y, al mismo tiempo, evadan capitales, o usen triquiñuelas jurídicas para disminuir impuestos. La corrupción brota de un caldo de cultivo, que es la ausencia de valores colectivos. Los socialistas hemos de crear una nueva conciencia colectiva, de solidaridad y participación. Hemos de empezar por despertar la conciencia dentro de la Izquierda misma, y luego tratar de recuperar a personas que están en la derecha por ignorancia. Hay valores que la Derecha ha tergiversado; por ejemplo, hay conservadores que son sensibles al patriotismo. Hemos de convencerles de que la Patria es un símbolo de la solidaridad y de la identidad común. En cuanto a las gentes de la Derecha que son irrecuperables, conviene que quede constancia de su insolidaridad,