2 puestas verdades pueden ser ciertas”. Esta falsa humildad es insostenible por más de una razón. La mayoría de los postmodernos no son escépticos, sino no realistas. El conocimiento para ellos no es difícil, sino fácil, pero dicen:“ Deja de preocuparte por la verdad objetiva”. Stackhouse afirma que sabe que ningún ser humano sabe nada con certeza. Si está cierto de su proposición, entonces no está claro como puede saber que su afirmación es verdadera. Pareciera que estuviese refutándose a sí mismo.
La Escritura promete repetidamente que el conocimiento de Dios es posible para los seres humanos directamente relacionados con su Hacedor por medio de su Espíritu:“ Sin embargo, como está escrito:‘ Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman’. Ahora bien, Dios nos ha revelado esto por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las profundidades de Dios … Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo sino el Espíritu que procede de Dios, para que entendamos lo que por su gracia él nos ha concedido …”( 1 Corintios 2:9-14).
Si nos preguntásemos ¿ qué es lo que ocasiona hoy que la mayoría de los españoles esté de espaldadas al cristianismo? Creo que no nos equivocaríamos si contestásemos que la razón principal está en la apatía y la falsa tolerancia, que sin duda son enemigos de la verdad.
El problema no es en realidad del ateísmo, ya que el ateo cree; es el apatísmo si me permitís acuñar esta nueva palabra. La apatía descansa en la indiferencia, no sentir pasión alguna por las creencias propias ni por las de otros. Los españoles pueden tener preferencias religiosas pero no los llevan a compromiso alguno, ni siquiera alimentan la controversia. El apatísmo parece ser una toxina epidémica en España. Sin embargo, para el cristiano comprometido, una actitud de apatía sobre el destino eterno propio, o de otro ser humano, no es una opción. Jesús advirtió a la iglesia en Laodicea que los vomitaría de su boca por su actitud tibia, y la misma advertencia es para cada uno de nosotros:“ Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea: Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el soberano de la creación de Dios: Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡ Ojalá fueras lo uno o lo otro! Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, voy a vomitarte de mi boca”( Apocalipsis 3:14-16). Esta apatía no es solo justificada en nombre de la tolerancia, sino animada por la inacabable diversión aportada por la cultura actual del entretenimiento. Esta cultura se muestra en la pegatina que dice:“ He abandonado la realidad, ahora estoy buscando una buena fantasía”. Pareciera que los españoles no se hagan ya más las grandes preguntas existenciales que el ser humano se ha venido planteando siempre:“¿ Quién soy yo? ¿ Quién creó todo el universo? ¿ Hay vida después de la muerte? etc. Y que solo pensaran en divertirse y pasarlo bien.
La diversión nos consuela transitoriamente, frente a nuestras miserias y perplejidades, sin embargo y paradójicamente, se convierte en el peor de nuestros enemigos porque nos impide rumiar y comprender nuestra verdadera condición. Por eso Pascal, refiriéndose a ella advirtió:“ Nos lleva imperceptiblemente a la destrucción”. La búsqueda compulsiva de diversión es a menudo un intento de escapar del sin sentido de la vida que ignora el propósito que el Creador tiene para ella. Y nos impide escuchar la voz de Dios, ya que para ello necesitamos momentos de silencio, estudio y reflexión.
Por nosotros mismos no podemos conocer la Verdad, pero Dios nos la ha dado a conocer en Jesucristo por medio del Espíritu:“ Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”( Juan 8:32).“ Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”( Juan
14:6). Al escuchar la Verdad, que es Jesucristo venimos a estar en contacto con la verdad y la realidad de quién es Dios, de quiénes somos nosotros, descubrimos la verdadera naturaleza de lo creado y nos dice quién y cómo eran, son y serán las cosas realmente.
Serviros por medio de Verdad y Vida iluminando vuestro viaje en búsqueda de la Verdad, que es en Jesucristo, es un verdadero honor, y confiamos que más lectores nos apoyen en este ministerio encomendado por nuestros Salvador. Recibid un afectuoso abrazo fraternal con Amor en Cristo de parte de cada uno de nosotros, junto con nuestros mejores deseos y oraciones pidiendo que Dios supla con su amor y provisión cada una de vuestras necesidades.
Pedro Rufián Mesa Director-Editor de Verdad y Vida