Artículos ¿Es importante la verdad?

V e r d a d y V i d a Viviendo y compartiendo el evangelio APARTADO 185 28600 NAVALCARNERO, (MADRID) Email: [email protected] / www.comuniondelagracia.es / www.gci.org Tel. 91 813 67 05 - 626 468 629 JOSEPH TKACH PEDRO RUFIÁN M. PRESIDENTE DENOMINACIONAL DIRECTOR-EDITOR Madrid, 17 de septiembre de 2017 Estimados amigos, queridos y fieles hermanos en Cristo, colaboradores y lectores de Verdad y Vida: Junto con el pequeño pero fiel equipo de voluntarios directos que, con la ayuda de Dios, hace po- sible Verdad y Vida y todos los demás aspectos de nuestro ministerio, mi familia y yo deseamos y pe- dimos que, en unión de vuestros seres queridos, estéis disfrutando de las inconmensurables bendicio- nes de Dios en Cristo, que os encontréis con buena salud y con todo lo necesario para que podáis ser generosos. ¿Es importante la verdad? ¿Por qué la apatía o incluso el antagonismo a la verdad en el mundo postmodernos actual? ¿Puede el ser humano conocer la verdad por sí mismo? Cada vez que opina- mos, defendemos o criticamos un argumento, hacemos una pregunta, etc. tenemos en mente el con- cepto de la verdad, incluso si negamos que la verdad sea real o conocida. Cuando nuestras propias ideas no son presentadas correctamente, o nuestro carácter personal es falsamente acusado, apela- mos a algo firme y estable para dirimir la situación: la verdad. Sin embargo, especialmente desde la Segunda Guerra Mundial han surgido diferentes filosofías y condiciones sociales postmodernas que han tendido a minar la noción de que incluso exista la verdad objetiva, y por lo tanto están llevando a muchas personas a pensar que no hay necesidad de buscarla. En general, hoy las personas no buscan la verdad de las cosas y situaciones como guía. El ateo Thomas Nagel admite en The Last Word – La Última Palabra, que el teísmo, la idea de Dios, le repulsa a nivel más profundo que meramente rechazar “las dudosas doctrinas morales, las reglas sociales y la influencia política de la religión. Deseo que el ateísmo sea verdad y me incomodo con el hecho de que algunas de las personas más inteligentes y bien informadas que conozco sean creyentes. No es solo que no creo en Dios y, naturalmente, espero que esté en lo cierto en mi creencia, es que espero que ¡no hay Dios! ¡No quiero que haya un Dios!” (New York: Oxford University Press, 1997, Pág.130). El apóstol Pablo describe a aquellos que se oponen al conocimiento que tienen de Dos, como creador, por medio de la creación, y que en lugar de reconocerle y darle gracias su capacidad de comprensión se oscurece: “Ciertamente, la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad. Me explico: lo que se puede conocer acerca de Dios es evidente para ellos, pues él mismo se lo ha revelado. Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa. A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus in- útiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón” (Romanos 1:18-21). Ya Blaise Pascal (1623–1662) en Pensees – Pensamientos, que fue una defensa del cristianismo de este filósofo y matemático cristiano, afirmó sobre la verdad: “La verdad está tan oscurecida hoy, y las mentiras tan bien establecidas que al menos que amemos la verdad nunca la reconoceremos”. Podemos decir que La Ilustración fue el cúlmen del gnosticismo, el postmodernismo en cambio, con una apariencia de humildad, e influenciado en gran manera por el relativismo, dice según afirma el erudito y comunicador John Stachhouse: “No conocemos nada con certeza, por lo tanto todas las su- Agradecemos tus donativos, que son desgravables en el Impuesto de la Renta. Puedes ingresarlos en el Banco Popular Español C/C nº ES17-0075-0315-44-0600233238, o enviando un giro al apartado postal. Muchas gracias por tu colaboración.