Arquitectura Industrial
Publicación de internet
LA “ESTÉTICA INDUSTRIAL”.
Los principios de economía y utilidad que rigen el proyecto y la ejecución de la arquitectura industrial y el
hecho de omitir o minimizar las preocupaciones formales y semánticas explican el rechazo hacia la
arquitectura industrial por la Arquitectura tradicional como hemos visto y del mismo modo explican el
escaso interés hacia ella de la historiografía. Esos principios cuestionan en sí mismos los criterios básicos
de la estética tradicional y por eso su reconocimiento artístico no podrá producirse hasta que la noción
estética tradicional no sea cuestionada radicalmente, lo que será realizado por las vanguardias.
Por ello es necesario concebirla como “prólogo de la vanguardia arquitectónica” con la que comparte los
mismos principios filosóficos y similares resultados formales que se consagrará en la década de 1920 con
la Arquitectura Moderna . No es casual que fueran los arquitectos de la generación de los veinte sus
“descubridores” y que los primeros historiadores en acercarse a la arquitectura vinculada a la
industrialización sean una serie de historiadores ingleses en los años treinta que estaban directamente
envueltos en la batalla por el funcionalismo: van a ver en los edificios industriales los precedentes
directos de la arquitectura funcional contemporánea. A partir de la obra de autores como John Cloag, N.
Pevsner o J.M. Richards “el problema estético de la arquitectura industrial” se coloca ya en sus
coordenadas fundamentales: se trata de las relaciones entre el hombre y las estructuras; esto es de la
percepción, fundada en una nueva escala y en una nueva serialidad que corresponden a la formalización
de la cada vez más compleja dimensión de la producción y de la organización económica .