Historicista
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El resultado de estas tres actitudes es el renacimiento de la arquitectura medieval durante el S.XIX, en
todas sus vertientes, tanto cristianas como musulmanas.
Las obras más sobresalientes de la arquitectura neomedieval española se producen en el último tercio del
S. XIX. Después de la I República, comienza a reinar Alfonso XII y se establecen buenas relaciones entre la
Iglesia y el Estado. Se produce un cierto rearme de la Iglesia y aumenta la religiosidad de las clases
populares por lo que proliferan las asociaciones católicas, procesiones, etc., que explican el gran número de
iglesias, conventos, seminarios y catedrales levantadas en esos años.
La Basílica de Covadonga es uno de los pocos ejemplos neorrománicos que encontramos ya que en
Asturias este estilo tenía un significado especial. Se debe al arquitecto valenciano Federico Aparici quien
proyectó una iglesia de tres naves y crucero en estilo románico, con elementos normandos como el diseño
de las torres, mezclados con elementos italianizantes en el exterior de la cabecera.
Covadonga tenía que representar el patriotismo y la fe católica de los
españoles. Destaca además por el enclave en el que se ubica, los Picos
de Europa.
La Catedral de La Almudena. Con Alfonso XII Madrid se convierte en
sede episcopal y se decide levantar una gran catedral. La Corona cedió
unos terrenos frente a la fachada principal del Palacio Real para que el
marqués de Cubas levantara el proyecto. El edificio es neogótico
interiormente y de recubrimiento clasicista. Consta de tres naves más dos
de capillas entre contrafuertes, crucero, girola con capillas y dos torres a
los pies flanqueando la fachada principal.
El marqués de Cubas no llegó a ver concluida la parte baja del edificio, de estilo
neorrománico. Las obras no pudieron concluirse por falta de recursos, así que lo
conocemos a través de los proyectos y de la maqueta que subsiste.
Entre las iglesias neogóticas más sorprendentes se encuentra la de San Juan
Bautista en Arucas (Las Palmas), conocida popularmente como la "catedral" sin que
realmente lo sea. El arquitecto catalán Manuel Vega y March dotó a las torres del
espíritu gótico que contrasta con la arquitectura isleña del entorno.
Numerosos proyectos quedaron abandonados sin terminar por falta de recursos. Sin
embargo, algunos templos, como la parroquia del Buen Pastor en San Sebastián, se
terminaron en un plazo razonable, ya que sus presupuestos fueron más realistas.
Manuel Echave, inspirado en el gótico francés y germano, plantea tres naves, un
crucero y una bella torre-pórtico.
No sólo fueron catedrales y parroquias las que eligieron el gótico, sino que encontramos ejemplos en
arquitectura civil como el Castillo de Butrón (Vizcaya) del marqués de Cubas, El Palacio Episcopal de
Astorga de Gaudí o el Palacio de Sobrellano en Comillas (Santander)