hace años, por la Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Confederación Europea
de Sindicatos (CES) y, sobre todo, por la Internacional Socialista (IS) y el Partido
Socialista Europeo (PSE), particularmente a la hora de ofrecer alternativas a la profunda
crisis que estamos viviendo; sobre todo, cuando “otro mundo es posible”.
Razones poderosas para manifestar que, 25 años después, los principios y las ideas que
inspiraron la convocatoria de la huelga general del 14-D tienen plena actualidad. Sobre
todo siguen vigentes en medio de la profunda crisis política, económica y social que
estamos sufriendo. En todo caso demuestran que no es la primera vez, ni será la última,
que los sindicatos y los trabajadores tengan problemas.
Por eso se debe seguir apostando por
un sindicalismo renovado y en
permanente contacto con la realidad
social:
Más
democrático,
más
participativo, más abierto, más de
combate y, por lo tanto, más creíble y
capaz de ilusionar, sobre todo a los
más jóvenes. Un sindicalismo con
capacidad de asimilar los cambios
sociológic