permanente de convertirse en energía inutilizable a efectos prácticos. Pero el balón está
en el tejado de los partidos de izquierda.
La ciudadanía española está haciendo lo que
debe: indignarse, movilizarse, manifestarse; en
ocasiones; incluso organizarse colectivamente.
Que toda esa energía crítica acabe o no
rebalsando en los partidos políticos de
izquierda, dependerá de que estos sepan
convertirse, no en charcos que la estancan
hasta que se corrompe o se evapora, sino en
pantanos que sepan gestionarla con
inteligencia, pero también con generosidad, asumiendo que su objetivo como
organizaciones políticas no es contener en su seno más volumen de voto que sus
competidores, sino dirigir toda su fuerza hacia objetivos de cambio deseables y posibles.
Chantal Mouffe ha escrito: “La política en democracia debe ser partisana. Si queremos
que los ciudadanos se interesen por la política, es necesario que sientan que se ponen en
juego alternativas reales en las elecciones”. De eso se trata.
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