Impacto
institucional”, la aprobación / rechazo de la figura del Rey aparece con un saldo negativo de 11 puntos( 53 % desaprueba, frente al 42 % que lo aprueba). Este dato es más alarmante si lo comparamos con el de Diciembre de 2012 con 25 puntos positivos en el saldo final: ¡ 36 puntos de“ pérdida” en tres meses!. Se debe resaltar que estos resultados son previo s a la imputación de la Infanta Cristina y el comportamiento de la Casa Real en esta fase del“ proceso Urdangarín”. Llama la atención del 41 % de rechazo en menores de 35 años.
La primera reflexión para el debate que plantean estos datos en asociar( o no) la figura del Rey con la forma de Estado( Monarquía). Aunque resulte“ tabú” plantear el tema( especialmente para el PP y, en menor medida, para el PSOE), después 35 años de democracia y casi 40 de Dictadura, valdría la pena recabar la opinión de la mayoría de la ciudadanía sobre este tema, especialmente ante la trascendencia que supone para el fortalecimiento de nuestra democracia y el futuro de nuestro país. Se trata de apostar por un a España más democrática y más cohesionada, con mayor sentido y“ orgullo de pertenencia”.
Subsidiariamente, o“ mientras tanto”, parar esta baja credibilidad en el Rey y por extensión en la Monarquía, requeriría: a) Abordar ha rendición de cuentas de las actividades y utilización de los recursos públicos por parte de la Casa Real, después de los casos“ Urdangarín”,“ Corinna”,“ dineros en Suiza”… en la próxima Ley de Trasparencia, incluyendo a la Casa Real con el mismo trato que cualquier otra institución del Estado; b) Considerar la abdicación de Juan Carlos a favor del Príncipe de Asturias( el citado“ Barómetro” le da un 61 % de aprobación, frente al 33 % que lo desaprueba) y c) Dejar total libertad a los Tribunales en el“ caso Urdangarín”, frente a las presiones de“ ultim a hora” o bservadas. De otra forma, un problema de“ credibilidad” en la Casa Real se podría convertir de manera, más grave todavía, en un problema en la“ forma de Estado”.
Los problemas que asedian nuestra convivencia: crisis económica prolongada y paro sangrante, corrupción y desconfianza en las instituciones,“ ruptura” del modelo social, proceso soberanista en Catalunya, Unión Europea( UE) sin rumbo … hacen complicado el debate social sobre la forma de Estado. La“ agenda” se complica … Pero, no se debería adoptar la“ política del avestruz”. Se habla en las redes, en todavía reducidos círculos de opinión, de“ una segunda transición” de un nuevo“ proceso constituyente”. Es una“ marea” que crece salu dablemente. O los partidos mayoritarios, especialmente el PSOE, recogen e ste guante o la gobernabilidad y la“ pacificación social” de nuestro país se irán complicando.
No todo está perdido …! Sin duda, hay lugar para la esperanza: En el“ Barómetro”, que“ L os científicos”,“ Los médicos” y“ Los profesores de la enseñanza pública” aparezcan con
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