ARDIENTE PACIENCIA - ANTONIO SKARMETA | Page 72

Mario Jiménez se atuvo rigurosamente a las bases del concurso. En sobre aparte del poema, consignó un tanto avergonzado su escueta biografía y sólo con el ánimo de decorarla puso al final: «recitales varios». Se hizo escribir a máquina el sobre por el telegrafista, y concluyó la ceremonia derritiendo lacre sobre el envío y punzando la roja melaza con un sello oficial de Correos de Chile. -Por pinta no te gana nadie -dijo don Cosme, mientras pesaba la carta y, en calidad de mecenas, se hurtaba a sí mismo un par de estampillas. La ansiedad lo puso nervioso, pero al menos entretuvo la pesadumbre que le causaba no ver al vate cada vez que traía la correspondencia. Dos veces pudo asistir muy temprano a jirones de diálogos entre doña Matilde y el médico, sin que alcanzara a informarse sobre la salud del poeta. En una tercera ocasión, tras dejar el correo se quedó merodeando el portón, y cuando el doctor se dirigía hacia su auto, le preguntó sudoroso e impulsivo por el estado del vate. La respuesta lo sumió primero en la perplejidad y, media hora más tarde, en el diccionario: -Estacionario. El día 18 de septiembre de 1973, La Quinta Rueda publicaría con motivo del aniversario de la independencia de Chile una edición especial, en cuyas páginas centrales y en robustas letras de titulares se incluiría el poema premiado. Una semana antes de la tensa fecha, Mario Jiménez soñó que Retrato a lápiz de Pablo Neftalí Jiménez