Archivos y archiveros vol. 1 | Page 16

ARIEL SÁNCHEZ ESPINOZA

El objeto de estudio de la

documentación

El término Documentación se refiere a una disciplina académica que ha sido objeto de análisis lingüísticos para clarificar su pertinencia e importancia en el campo científico. En latín lostérminos documentatio y documentum, en singular y plural, tienen

el significado de instrumento de prueba en el terreno jurídico o en el

gramático, y sobre todo, las de precepto, enseñanza o doctrina moral.

1 Para López Yepes, desde el punto de vista de la evolución semántica,

el documento puede ser considerado instrumento de cultura,

instrumento de conocimiento y de fijación de la realidad.2

El autor alude a la reflexión de Ortega y Gasset para demostrar la

faceta del término como instrumento de cultura y nos dice que el

hombre, para perfeccionar su estancia en la tierra creó “el documento

como precioso instrumento, como técnica de información que ha

hecho posible la generación de nuevos mensajes o la regeneración

de los antiguos”. No obstante, la difusión del vocablo, en su segunda acepción, sólo fue posible hasta la segunda mitad del siglo XIX, en

que el movimiento documental había propagado su uso.3

La palabra documento se usó por primera vez a finales del siglo

XIV, con el significado de ensennamiento o consejo moral. Este significado

mantiene su contenido semántico durante los siglos XVI y XVII

y es el único que rescata el Diccionario de Autoridades a comienzos

del XVIII. Una centuria más tarde se agrega una segunda acepción en

el Diccionario de la Real Academia que establece que es “[...]la escritura

o instrumento en que se prueba o confirma alguna cosa”.

En ediciones posteriores (1844) aparecieron las voces derivadas:

documentalmente, documentar y documentación, sin embargo, fue

hasta 1914, cuando se otorgó a la palabra documentación un doble

sentido: “acción y efecto de documentar” y “conjunto de documentos

que sirven para este fin”, con esto se legitimó el término, pero no

se le otorgó un carácter de disciplina científica en los diccionarios,

más bien el de un neologismo, resultado de la traducción del término

francés documentation, acuñado por Paul Otlet en 1903, quien sí

le concede el carácter de ciencia y así lo consignan los autores del

Webster Dictionary.

En 1907 Otlet definió a la documentación como:

Facilitación del uso de todas las fuentes gráficas o escritas de nuestro

conocimiento, agrupado en documentos de todo tipo, principalmente

textos impresos. Esos documentos consisten en cualquier representación

o expresión y objeto, hecho o una impresión por medio de

cualquier signo (escritura, gráfico, diagramas, símbolos, etc.)4

Es importante hacer notar que Otlet no tuvo una definición acabada,

pues conforme su conocimiento iba permeando en ese corpus

teórico, su definición fue objeto de precisiones. Así para 1920, influido

por los grandes principios del positivismo, el relativismo del conocimiento

y la formación histórica de los conceptos, la definió

como:

[...]todos los medios apropiados para la transmisión, comunicación y

diseminación de la información y datos de investigación (libros, publicaciones

periódicas, periódicos, circulares, catálogos, etc.), en una palabra

todos los tipos documentos que contienen texto o imágenes.5

En esta definición Otlet esboza elementos del concepto que inciden

en diferentes tipos documentales, un término general, de validez

universal para las áreas cuyo objeto de conocimiento es la información

contenida en un soporte. Bajo este esquema, en su tratado

de Documentación, ofrece una definición que modela y caracteriza a

la documentación como disciplina, la cual –bajo su propia concepción

Otletiana–, emerge a partir de la bibliografía científica y de las

necesidades informativas de esa comunidad.

No obstante, los estudios de Otlet no tuvieron aceptación inmediata

dentro de la comunidad de bibliotecarios, los únicos que se sumaron

al movimiento fundacional en el mundo angloamericano de

la Documentación fueron los special librarians, personas que estaban

desarrollando tareas informativas en áreas científicas y técnicas

muy concretas, en las que se habían formado muchos de ellos. En

1908, el grupo encabezado por el norteamericano John Cotton

Dana, empleó por primera vez el concepto de Special Librarianship,

Debido a los desacuerdos, Cotton se separó de la American Library

Association y creó una nueva sociedad: Special Libraries Association.

De modo parecido, en 1924, se fundó en Gran Bretaña la Association

of Special Libraries and Information Bureaux (ASLIB), cuya

máxima figura sería el químico australiano Brian Vickery, uno de los

grandes documentalistas de nuestro tiempo.

Gracias al interés que despertó la obra otletiana, en 1921 se creó la

Nederlandas Instituut voon Documentatie, la primera institución nacional

orientada al estudio de la Documentación y, para 1937, se fundó

el American Dcumentation Institutte, que se ocupó principalmente

de tareas de la reprografía y no fue sino hasta después de la Segunda

Guerra Mundial, cuando se introdujo formalmente el término que diferenciaba

a los bibliotecarios de los documentalistas; mientras los primeros

poseían una formación humanística, los segundos debían tener